Lucas Vázquez tuerce el gesto. El jugador número 12 de Zidane el pasado curso se ha convertido en furgón de cola de la noche a la mañana.
En la Supercopa de España, ante el Barcelona, Lucas fue el último cambio. El español disputó un puñado de minutos que están muy alejados de sus pretensiones/necesidades y del rol que le ofrecen en las ofertas que presionan para atar su marcha del Santiago Bernabéu.
La Roma, pero también el Liverpool, ponen sobre la mesa de Vázquez una mejora salarial y, lo más importante, un puesto en el once en año de Mundial.