Victoria. El Real Madrid abrió la puerta grande del Camp Nou a patadas. El equipo de Zinedine impuso su calidad por líneas ante un Barcelona de pandereta que es una sombra del que fue.
Un recital de fútbol y buen juego personificado en nombres propios en los que sobresalió uno: Marco Asensio.
Cristiano Ronaldo al margen, Asensio volvió a ser la cara más fresca del Real desde el banquillo. La perla blanca arrancó desde el banquillo para lograr más en un puñado de minutos que un desconocido Benzema y un Gareth Bale para el arrastre.
Una realidad que no pasa por alto a los dos señalados de la BBC en el Real que ven como Marco les come el terreno a pasos agigantados.
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