Se acabó. Zidane está harto de que, pase lo que pase alrededor del Real Madrid en el sentido positivo, siempre haya algún rumor desagradable que empañe el buen ambiente reinante en el vestuario madridista. Los blancos han conquistado las dos Supercopas, y se presentan ante el inicio de la Liga como el rival a batir por el resto de equipos. Montado en una moto de éxitos, este equipo parece imparable. Pero… ¿de qué se habla? de la crisis que atraviesa Gareth Bale.
La explosión de Marco Asensio, el hombre de moda en el vestuario y entre la afición madridista, ‘retrata’ directamente al galés, o así lo ven muchos. Con sólo 21 años, Marco ha demostrado que está para ser titular, y que su techo es desconocido. Tiene aptitudes y potencial como para ser el mejor jugador del mundo a corto plazo. Por contra, Bale no ha completado una pretemporada prolífica desde el punto de vista del rendimiento y ya es el gran señalado por gran parte de los medios y de la afición.
Sin embargo, Zidane lo tiene bien claro: en su día propuso la salida del expreso de Cardiff si venía Mbappé, pero en realidad no quiere que nadie se marche, tampoco Gareth. Desea seguir dándole todo su respaldo y demostrarle que tanto él como el club siguen contando con él como gran esperanza a la hora de ‘suceder’ a Cristiano Ronaldo en cuanto a liderazgo en el ataque del equipo en un futuro.
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