Una de las noticias del fin de semana ha sido, sin duda, la posibilidad de que Leo Messi fiche por el Manchester City.
Lo que comenzó como uno de esos miles de rumores que surgen cada temporada en el fútbol se ha ido haciendo cada vez más grande, hasta el punto de que fuentes cercanas a la entidad inglesa han salido al paso de las informaciones que aseguran que los duelos saudíes del club británico están dispuestos a desembolsar la cláusula de rescisión del argentino, cifrada en 300 millones de Euros.
La compra -sorpresiva, tremenda e histórica- de Neymar por el PSG, previo pago de los 222 millones de su cláusula, ha sido lo que, probablemente, ha transformado lo que nunca antes se hubiese creído en el fútbol moderno como algo plausible. Sí, ahora se pueden ver traspasos por esas cantidades, absolutamente prohibidas (de forma no escrita) hasta hace apenas semanas en la historia del fútbol. Y si ha sido posible con el brasileño, ya ex del Barça… ¿por qué no con Messi? Al fin y al cabo, en el Manchester City está Pep Guardiola, el hombre que sacó lo mejor de lo mejor de él, y algunos de los antiguos dirigentes del Barça de Laporta, en el que tanto Leo como la afición blaugrana vivieron los mejores años de su historia. Es complicado de imaginar, pero encaja.
Decíamos que el Manchester City ha tratado de frenar estos rumores asegurando que no va a por el ’10’ azulgrana. Qué va a decir el City.
Pregonarlo a los cuatro vientos sería un error demasiado fácil de cometer para la entidad cuyo dueño,
Mansour bin Zayed Al-Nahyan, uno de los hombres más ricos del planeta, aseguró hace pocos días que su club va a hacer el fichaje más caro de la historia del City antes del 1 de septiembre.
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