El '10' se posiciona con sus compañeros en su 'guerra' contra el palco

El pulso de Messi con la directiva que hace temblar a todo el Barça

Quiere aguardar a ver qué plantilla se elabora tras el caso Neymar

El pulso de Messi con la directiva que hace temblar a todo el Barça
Messi DB

Leo Messi, delantero del FC Barcelona, aún no ha firmado su renovación. Todo está apalabrado. Casi atado.

Pero en el mundo del fútbol, los ‘casi’ no valen de nada. Sólo valen las rúbricas y sin ellas en los documentos que certifiquen su ampliación de contrato, el argentino seguirá acabando su vinculo con los cules el 30 de junio de 2018. En menos de un año.

En los últimos días se ha rumoreado con la posibilidad de que Messi se vaya al Manchester City. Que el equipo de Guardiola estaría dispuesto a pagar ya mismo los 300 millones que cuesta el jugador.

El entorno del jugador se ha ocupado de tranquilizar a los culés filtrando que no se irá… pero eso no significa que vaya a firmar ya con el Barça. Más al contrario. Piensa dejarlo pasar. Quiere echar un pulso a la directiva blaugrana.

Este 23 de agosto de 2017 diario As y diario Marca coinciden en señalar que el jugador pretende convertir el protocolario proceso de oficializar la renovación en una muestra de poder. Primero, para presionar al palco en los próximos fichajes. Messi quiere ver qué plantilla conforman los mandatarios después de la marcha de Neymar.

El segundo capitán siempre ha dado prioridad al proyecto deportivo frente al económico. A día de hoy, le preocupa más tener un equipo ganador que disparar sus ingresos ya de por sí jugosos. Si lo que ficha no le convence, podría replantearse la firma de esa renovación. Al menos de forma inminente.

Pero hay más. Messi también quiere manifestar que va en la línea del resto de una plantilla que se ha distanciado mucho, muchísimo de sus mandatarios. Piqué ya lo dejó claro en su comparecencia de prensa previo al clásico de la Supercopa de España. Todos en el vestuario sabían que Neymar se iba a marchar.

Lo confesó en la boda de Messi. Pero nadie dijo nada precisamente por desavenencias con los jefes.

Éstos, a su vez, han respondido atacando al central. Pep Segura, nuevo responsable deportivo, criticó a Piqué por la derrota contra el Real Madrid en el Camp Nou y Busquets le afeó al nuevo directivo la actitud. Guerra total. Guerra en la que Messi tiene claro el bando: sus compañeros.

Por eso no firmará ahora. Por eso dejará pasar el tiempo. Por eso y porque cree que hacerlo sería dar un balón de oxígeno al enemigo y, de paso, posicionarse en contra de la postura mayoritaria del grupo e incluso en contra de un Neymar con el que enfrió su relación, pero al que unen aún lazos de cierta amistad.

Frente a todo este panorama, en la entidad contienen la respiración. Cualquier atisbo de despedida, aunque sea en forma de amenaza, de Leo Messi supondría un terremoto de dimensiones bíblicas en un club agrietado por los vaivenes de los últimos meses.

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