Jean Michael Seri reconoció que estaba indignadísimo con cómo había acabado el affaire entre el Niza y el FC Barcelona. El centrocampista marfileño no quería volver a jugar con el conjunto francés y pidió que lo vendieran aunque no fuera al Barça y apareció un equipo dispuesto a poner sobre la mesa 30 millones de euros por su fichaje.