El desastre final del Barcelona en el mercado de fichajes sigue dejando titulares tres días después de haberse consumado. La ventana cerró el pasado viernes a medianoche, pero casi desde antes ya se supo que el club azulgrana iba a tener que apechugar con lo que tenía para afrontar el resto de la temporada. No se pudo traer a nadie más aparte de Ousmane Dembelé por un precio desorbitado, y tampoco se pudieron concretar todas las salidas que tenía prevista la secretaría técnica.
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