El PSG quiere convertirse en el equipo más potente de Europa. Los fichajes sonados que llevó a cabo este verano el conjunto parisino, los de Neymar y Kylian Mbappé, son sólo la punta del iceberg. La entidad que preside el qatarí Nasser Al-Khelaïfi se gastó 222 millones de euros para llevarse al crack brasileño del Camp Nou y le pagará 180 millones al Mónaco el verano que viene para hacer efectiva la incorporación de la joven estrella francesa tras un año de cesión, en una operación destinada fundamentalmente a cumplir con el fair play financiero. Ahora, con una delantera absolutamente temible, la gran preocupación es centrarse en la zaga. Muy especialmente, en la portería. Su próximo objetivo es, precisamente, un jugador que lleva ya mucho tiempo en la agenda de fichajes que tiene Florentino Pérez para el Real Madrid.
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