Neymar se va a llevar un recuerdo horrible de su paso por el Velodrome. El brasileño fue objeto de ira por parte de los aficionados marselleses durante el clásico Olympique-PSG, que terminó 2-2 gracias a un golazo de falta en el descuento de Edinson Cavani.
Para entonces, Neymar ya no estaba en el terreno de juego. Dejó a su equipo con diez cuando ya tenía el marcador en contra y el enfrentamiento cuesta arriba. Vio la primera tarjeta amarilla en el 85 por protestar. Dos minutos después, en un rifirrafe con el argentino Lucas Ocampos, vio la segunda amonestación y tuvo que marcharse del campo, según recoge ABC.
Antes de eso le había dado tiempo a marcar un gol, el que en ese momento significaba el 1-1. Y también a convertirse en la diana de los aficionados más agresivos del Marsella, que la tomaron con él cada vez que se disponía a lanzar un saque de esquina. Sobre el brasileño cayeron todo tipo de objetos, lo que obligó a los miembros de seguridad del estadio a acudir en masa a proteger al delantero.