Vicente Soriano: «Me dijeron que Soler había ordenado secuestrarme y que también pensaban en mi esposa»

El expresidente del Valencia CF Vicente Soriano ha narrado ante el juez cómo se enteró de su supuesto intento de secuestro en marzo de 2014, recalcando que pasó «muy malos días» y que el también expresidente Juan Bautista Soler «había ordenado» que le secuestraran a él y, «al principio», también a su esposa.

«Pasé muy malos días. He pasado por una situación que ni a mi peor enemigo se la deseo. Me dijeron que Juan Bautista Soler –otro expresidente del club che– había ordenado secuestrarme y al principio también pensaban en mi esposa», comentó Soriano ante el juez.

Soriano ha declarado este jueves, como testigo –y víctima–, en el juicio que se sigue desde ayer miércoles en la sección segunda de la Audiencia de València contra Soler, el empresario italiano Ciro d’Anna y el ciudadano magrebí Abdellatif Laarouibi, por intento de secuestro. Todos ellos se enfrentan a una pena de nueve meses de prisión por un supuesto delito de detención ilegal, tal y como reclama provisionalmente el ministerio fiscal.

La Fiscalía sostiene que los tres acordaron secuestrar a Soriano en marzo de 2014 para que saldase su deuda con Soler y para ello contaron con Rachid Behdaoui, confidente de la Policía y actualmente huido de la justicia. La idea era introducirlo en una furgoneta y trasladarlo a una planta baja de Alfafar para luego llevárselo al extranjero. Behdaoui contó a la policía los hechos y, tras unos seguimientos y grabaciones, se registraron detenciones.

En su comparecencia, Soriano ha comenzado aclarando que tuvo «relación» con Soler, aunque no de amistad, y ha reconocido que entre ellos había un conflicto económico relacionado con una deuda favorable al otro expresidente –por la venta de unas acciones–, según sentencia del Tribunal Supremo, con la que no se ha mostrado conforme.

Ha explicado que en abril de 2014 recibió la visita de dos agentes de Policía que le citaron en la comisaría por su «protección». Así, acudió y el comisario le comunicó que «alguien» quería hacerle daño «por un motivo económico». «Me quedé perplejo porque intencionadamente yo nunca he querido hacer nunca daño a nadie», ha manifestado.

El comisario le pidió que tomara «precauciones», que modificara sus rutinas y, si podía, abandonase su domicilio durante uno o dos meses. «Me asusté muchísimo. Te crean una ansiedad que es difícil de soportar», ha dicho, para agregar que en ese momento no le dieron más detalles sobre los autores o el contenido de las amenazas.

A los pocos días, ha comentado que se presentó en su despacho Rachid y pidió mantener un encuentro, a lo que él accedió porque le gusta «recibir a todo el mundo». En ese encuentro le manifestó que era una «profesional» y que había una persona que quería hacerle daño. Fue en ese momento cuando, según ha afirmado, relacionó los hechos con lo que le había transmitido la Policía.

«Estuvo una hora relatándome el plan, todo lo que iba a ocurrir», ha explicado. «Me dijo que era Soler, que había una serie de personas involucradas en el intento de secuestro y en principio también pensaban en mi esposa. Que me estaban siguiendo mucho tiempo y me enseñó un dossier con fotos mías. Mi ánimo iba bajando», ha añadido.

Rachid no dejaba de transmitirle, ha reproducido, que Soler «era una persona realmente mala y que lo había contratado personalmente para llevar a cabo el trabajo. Me decía que era un sinvergüenza y que no había cumplido con su palabra», ha dicho.

«ME IBAN A CORTAR ALGO»

En la reunión le explicó que el plan lo iban a ejecutar «unos colombianos» y consistía en secuestrarle frente a un colegio céntrico de València, meterle en una furgoneta y llevarle a Francia hasta que él o su familia pagaran «lo que les diera la gana». «Si no lo hacíamos –ha proseguido–, me iban a cortar algo. Al día siguiente me cortarían otra cosa y se lo mandarían a mi familia, y por tercera vez me cortarían otra cosa más».

Tras ello, ha indicado que la idea era traerle de nuevo a España y dejarle en una gasolinera con estupefacientes y algo de dinero. «Rachid también involucró al hijo de Soler en el plan y me describió a más personas que yo no conocía», ha aseverado. Después de escucharle, ha comentado que le dio las gracias y que Rachid «solo» le pidió algo a cambio: «Que si le pasaba algo, cuidase de su familia».

Seguidamente Soriano llamó a la Policía y les comentó su encuentro con Rachid. Hizo una declaración por escrito y al día siguiente se enteró de las detenciones. «Pasé muy malos días», ha afirmado, y al ser preguntado por si es cierto que escondía 15 millones de euros en su vivienda, ha respondido: «Ni 15 ni 15.000».

Tras Soriano ha prestado declaración un agente de Policía Nacional que intervino en las investigaciones. Este testigo ha descrito a Rachid como una persona «con mucha verborrea, que aparenta mucho, habla mucho». Ha comentado que se puso en contacto con él porque se conocían de otras detenciones que le habían practicado.

Ha indicado que Rachid insistió en reunirse con él de manera «urgente» y en el encuentro le transmitió el plan de secuestro y le enseñó documentación. Así, le dieron credibilidad y comenzaron a investigarlo y hacer seguimientos. «Rachid pidió desde el primer momento llevar un micrófono para demostrar lo que decía», ha dicho el agente, quien ha manifestado que «solo» tenían sus manifestaciones con lo que no podían contrastar lo que decía por ningún otro medio.

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