Esther Staubli es ingeniera agrícola y políglota

La ‘estricta gobernanta’ suiza que arbitra en la élite del fútbol masculino

La tirillas helvética compagina su trabajo en una escuela en berna con el arbitraje

La 'estricta gobernanta' suiza que arbitra en la élite del fútbol masculino
Esther Staubli. SZ

En España el comité técnico de árbitros de la Federación de Fúbtol cuenta, también, con colegiadas

Esther Staubli (Berna, 1979) hizo historia el pasado 14 de octubre de 2017 y, cuando llegó a casa, se echó a dormir.

Staubli es la primera mujer en los últimos 16 años que arbitra en un Mundial de fútbol masculino: el sub-17 que se disputa hasta hoy en la India.

Dirigió en Calcuta el Japón-Nueva Caledonia.

«Lo primero que hice en cuanto llegué a casa fue dormir un montón y volver a la vida normal en Suiza, al trabajo y la familia».

Esther Staubli, ingeniera agrónoma, vive en Berna, donde imparte clases en una escuela de agricultura en la que, entre otras cosas, enseña a jóvenes aspectos prácticos como ordeñar una vaca o alimentar a un cerdo.

En su ficha de la FIFA especifica que habla alemán, inglés, italiano y francés. Dependiendo de su agenda, entrena antes o después de impartir clases, explica.

La escuela es su prioridad. Si no hay docencia, entrena y más tarde trabaja desde casa, antes de la cena. Y confiesa a José Encarnación  de La Vanguardia:

«Para ser sincera, prácticamente todas las noches vemos con mi pareja un partido de fútbol en la televisión y analizamos la actuación del árbitro».

Cuando tenía 21 años, jugaba a fútbol en la división femenina suiza, pero ante la evidencia de que no tenía nivel para competir a escala nacional, optó por el arbitraje.

Hoy, al nivel alcanzado, debe organizarse para compaginar sus dos trabajos. Pero si arbitra en el extranjero, no puede dar clases. Además, necesita tiempo para entrenar y analizar su actuación en el campo.

De manera que a la escuela le acaba dedicando un 50% del tiempo. Arbitrar es su pasión, pero asegura que no lo hace por motivos económicos.

Sin datos en su caso, sirva como orientación que un árbitro de primera división puede ganar 200.000 euros brutos al año. Staubli no vive de ello, al menos en Suiza.

Han pasado dos semanas del partido trascendental disputado en Calcuta por el que Esther Staubli dio un paso adelante en materia de igualdad en el mundo del fútbol.

La última vez que una mujer arbitró en la Copa sub-17 fue en el 2001, cuando la coreana Im Eun Ju intermedió en un partido entre Francia y Estados Unidos en Trinidad y Tobago.

El nuevo escenario ilustra la estrategia de instituciones como la FIFA, que ahora impone que todos los árbitros, sean hombres o mujeres, reciben la misma formación.

Staubli asegura que aún está tratando de digerir las emociones que vivió el pasado 14 de octubre.

«Fue increíble formar parte del grupo de siete mujeres que arbitramos en la India, junto a nuestros compañeros hombres. Me sentí totalmente integrada y fue una oportunidad de aprender de mis compañeros».

En España el comité técnico de árbitros de la Federación de Fútbol cuenta con colegiadas en la tercera división nacional masculina y en categorías inferiores de cada autonomía. También disponen de una árbitro asistente en segunda división.

Por su propia experiencia, Staubli defiende que «todo el mundo necesita coraje y fuerza y pensar que si algo va mal, habrá otra oportunidad. Esforzarse siempre merecerá la pena y tienes que luchar por tus metas».

Se muestra confiada en que el suyo no sea un caso aislado sino que muchas mujeres sigan su camino.

De momento, una granadina sigue sus pasos en el rugby, otro deporte masculino por excelencia.

Alhambra Nievas (Beas de Granada, 1983) se convirtió hace dos semanas en la primera mujer en arbitrar un partido oficial, entre Australia y Nueva Zelanda, de selecciones masculinas.

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