La selección de Croacia viaja a Grecia para hacer bueno el más que positivo 4-1 de la ida de la repesca y certificar su presencia en el Mundial 2018, mientras que Suiza tratará de hacer lo propio recibiendo al combinado de Irlanda del Norte, obligado a marcar al menos dos goles para estar en Rusia.
Los hombres de Ante Cacic saltarán al césped del Georgios Karaiskakis con la tranquilidad de tener los deberes prácticamente hechos tras el gran partido del jueves, en el que la sólida defensa griega, que solo había encajado seis goles en los diez partidos de fase de grupos, se derrumbó. Liderados por Rakitic y Modric, que mostró una versión mucho mejor a la de las últimas semanas con el Real Madrid, los croatas encarrilaron la eliminatoria en apenas media hora de partido e hicieron inútil el tanto griego con un nuevo gol en los instantes posteriores a la reanudación. A pesar de que el gol de Sokratis en Zagreb deja una puerta abierta a la esperanza para los ‘helenos’, la remontada se antoja utópica ante una Croacia muy superior, especialmente en la medular. Los balcánicos, que han superado con éxito hasta cuatro repescas en los últimos años, están a un paso de jugar el quinto Mundial en su historia, el segundo de forma consecutiva. IRLANDA DEL NORTE, OBLIGADA A DAR UN PASO ADELANTEEn el otro partido de la jornada, la selección de Suiza recibirá en Basilea a Irlanda del Norte, una de las sensaciones del fútbol de selecciones en los últimos años. Tras una brillante fase de grupos en la que solo pudo superarles la todopoderosa Alemania, el gol de Ricardo Rodríguez desde los 11 metros en Windsor Park ha complicado sobremanera su presencia en la cita mundialista del próximo verano.
En busca de su primer Mundial desde México 1986, los de Michael O’Neill deberán perforar la portería helvética como mínimo en dos ocasiones, si no hay respuesta rival, para hacer realidad la remontada. El carácter eminentemente defensivo de los británicos, con grandes carencias a la hora de crear juego, añade otro punto de dificultad a la gesta. Los locales, que persiguen su cuarta presencia consecutiva en un Mundial, tratarán de hacerse fuertes en Saint Jacob Park, controlando la posesión y embotellando a los de las islas en su propia área, tal y como sucedió en el encuentro de Belfast.
