Antes marcaron Godín y Torres y Griezmann redondeó la goleada. Debutó Vitolo.
Tres años, siete meses y ocho días después, con el Camp d’Esports como testigo, Diego Costa volvió a jugar oficialmente con la camiseta del Atlético de Madrid, el club del que se despidió en 2014 en la final de la Champions de Lisboa.
Aquella dramática noche solo pudo aguantar nueve minutos sobre el césped por culpa de una lesión, este 3 de enero de 2017 tuvo que esperar en el banquillo hasta que Diego Simeone, el gran valedor de su regreso, le ordenó calentar.
Cuando el reloj de la ida de los octavos de final de la Copa del Rey marcó 63 minutos y 48 segundos, el delantero saludó a Correa y entró para ocupar su puesto.
Con 0-2 ya en el marcador, la presencia del internacional español reavivó el interés en el tramo final de un encuentro en el que la ilusión del Lérida no consiguió contrarrestar el potencial de un equipo que con la presencia de su nuevo delantero ganó poder de intimidación.
También capacidad goleadora porque apenas tardó cinco minutos en marcar en su vuelta a casa.