Poco tardó el Real Madrid en descifrar una de las vías de escape del Celta. La banda derecha de los de Zidane, con Achraf subiendo como un cohete, y con Bale cayendo hacia esa zona cuando la jugada lo demandaba, fue una mina para los blancos. De hecho, tanto el marroquí como el galés fueron los más destacados del ataque madridista, según recoge David Jorquera en defensacentral.
Precisamente, Bale fue uno de los ausentes del partido en Sevilla. Si a eso le unimos su reciente paternidad, el galés tenía muchas papeletas para ser de los más enchufados. Y así fue. Sólo necesitó 13 minutos para hacer bueno un pase al hueco de Modric a la espalda de la defensa y plantarse delante del portero visitante, Sergio, para superarle en el mano a mano con un golpeo raso que se coló junto al palo.
Con una final de Champions por disputarse, grandes actuaciones individuales en este tipo de encuentros, podrían todavía hacer retorcerse a Zidane en su almohada a la hora de confeccionar el 11 para Kiev. Si ese era uno de los objetivos de Bale ante el Celta, desde luego, lo consiguió. Y es que el galés marcó el segundo de la noche recordando al Gareth que llegó desde Inglaterra. Carrera larga al espacio, recorte en seco para dejar tirado al defensa, y latigazo con la izquierda buscando la escuadra. Un golazo espectacular. Dos en 30 minutos.
VÍDEO DESTACADO: Gareth Bale
