El penalti decisivo en el encuentro entre Rusia y Croacia, que mantuvo en vilo a ambos países, no pudo ser apreciado por un grupo de bomberos de esa nación sureuropea.
Y es que justo cuando el croata Ivan Rakitic se disponía a dar el tiro decisivo, sonó la alarma de incendios y los bomberos de Zagreb no dudaron en atender el llamado.