Hay muchas personas que ejercen el mismo trabajo pero ganan distintos sueldos, y no es por una cuestón de género, es una cuestión de resultados. Al igual que un camarero de un gran hotel gana, muchas veces, más que un camarero de bar de pueblo, pasa lo mismo con el deporte; todo depende del beneficio que reporte tu trabajo, no de si eres hombre o mujer. Por desgracia el fútbol femenino no tiene ni una cuarta parte de seguidores que tiene el masculino, y eso se traduce en estadios más llenos, más facturación y más sueldo; no parece que esconda ningún misterio este asunto.
Algo parecido sucede con muchos artistas de gran talento, que ejerciendo el mismo trabajo, unos ganan 50 euros por actuar toda un noche en un club, y otros 50 millones por hacer lo mismo en un estadio; la cuestión es siempre la misa; ¿qué beneficio directo reporta tu trabajo, por bueno que sea?.
A pesar de esto, las 28 mujeres que componen la selección femenina de futbol de Estados Unidos iniciaron este viernes, Día Internacional de la Mujer, acciones legales contra la Federación de Fútbol de ese país (USSF) por discriminación, según BBC News Mundo.
La demanda exige igualdad salarial y mismas condiciones de trabajo con sus pares del equipo masculino.
Las jugadoras, entre ellas Carli Lloyd y Megan Rapinoe, instan al cuerpo directivo a «promover la igualdad de género».
La presentación legal sucede a otra queja por discriminación presentada por cinco jugadoras estadounidenses en 2016.
La demanda del equipo de fútbol femenino estadounidense ocurre pocos meses antes de defender el título de la Copa Mundial Femenina.
Estados Unidos ganó el campeonato mundial femenino tres veces: el torneo inaugural de 1991 en China, en 1999 cuando fueron anfitrionas y el último (hace cuatro años) en Canadá.
El equipo femenino estadounidense buscará retener la Copa del Mundo, que disputará entre el 7 de junio y el 7 de julio en Francia.
Las estadounidenses están en el Grupo F con Tailandia, Chile y Suecia para la primera ronda y el partido de apertura será contra contra Tailandia el 11 de junio.
Por su parte, el equipo de fútbol masculino solo llegó a los cuartos de final en 2002, mientras que su mejor resultado sigue siendo el tercer lugar en 1930.
En la demanda presentada ante el Tribunal estadounidense de Distrito de Los Ángeles, las jugadoras plantean que desempeñan las mismas actividades que los hombres y que la USSF admitió en el pasado discriminación de género intencional.
«A pesar del hecho de que jugadores femeninos y masculinos están llamados a desempeñar las mismas responsabilidades laborales en sus equipos y participar en competiciones internacionales para un único empleador común, la USSF, a las mujeres se les ha pagado constantemente menos que a sus contrapartes masculinas», denuncia la demanda.
«Esto sucede a pesar de que su desempeño ha sido superior al de los jugadores masculinos. Las jugadoras femeninas, en contraste con los jugadores masculinos, se convirtieron en campeonas mundiales», añade.
«La USSF admitió que paga a sus jugadoras menos que a sus jugadores y ha llegado a afirmar que ‘las realidades del mercado son tales que las mujeres no merecen que se les pague por igual a los hombres'».
Incluso «admite tal discriminación de género intencional en momentos en que las (mujeres) obtuvieron mejores resultados, jugaron más juegos, ganaron más partidos y campeonatos y obtuvieron audiencias televisivas más altas», agrega.
Este viernes la USSF no había realizado comentarios sobre la acción legal.
El sindicato de jugadores estadounidense, la Asociación de Jugadores de la Selección Nacional de Fútbol de Estados Unidos, dijo que apoya al equipo femenino y «los esfuerzos para lograr la igualdad salarial».
«Estamos comprometidos con el concepto de un modelo de reparto de ingresos que aborde las ‘realidades del mercado’ de la Federación de Fútbol de EE.UU. y encontrar un camino hacia una compensación justa», continúa una declaración.
«Esperamos que el fútbol estadounidense responda a las demandas de las asociaciones de jugadores para poder avanzar con una compensación justa y equitativa para todos los jugadores de fútbol de Estados Unidos».
En 2016, Alex Morgan, Carli Lloyd, Rapinoe, Becky Sauerbrunn y Hope Solo presentaron una acción de discriminación salarial contra la USSF ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC).
Ellas dijeron que se les estaba pagando menos de la mitad de lo que reciben los jugadores hombres en Estados Unidos.
La nueva demanda refleja muchas de las cuestiones planteadas por esa queja y la falta de acción tres años después llevó en febrero a que las jugadoras recibieran una carta de derecho de demanda de la EEOC.
La decisión de llevar ahora el caso a un tribunal federal significa que la queja a la EEOC se da por terminada.