Un hombre hecho a sí mismo. Robert Moreno (Barcelona, 1977) rompe con una larga tradición de seleccionadores que antes fueron futbolistas profesionales. No tiene el pedigrí de haber jugado en Primera, pero a cambio posee un elevado prestigio como estudioso del balompié. De hecho, es uno de los pioneros en el uso del «big data» aplicado al terreno de juego, según recoge ABC y comparte Ivan Rastik para Periodista Digital.
Antes de sacarse en 2003 el título de entrenador, se diplomó en Empresa Internacional, trabajó en El Corte Inglés de Cornellá y en una sucursal de LaCaixa. Curtido como técnico en equipos modestos como el Hospitalet, el Castelldefels o Damm, su vida cambió cuando se encontró en 2010 con Luis Enrique en el vestuario del Barcelona B.
A partir de ese momento, Moreno ha sido el fiel escudero del asturiano, primero en el filial azulgrana, luego en la Roma, en el primer equipo culé, en el Celta y en la selección.
Su filosofía de juego la explica en un vídeo del Instituto del Deporte español: «En el fútbol y en la vida todo se trata de la relación riesgos-beneficios. Los riesgos que quieres asumir están vinculados a lo que está pasando en un partido. Lo que puedes arriesgar como entrenador son las matizaciones colectivas».