La mayoría de las parejas pasan por épocas similares. La relación entre Shakira y Gerard Piqué ha atravesado por algún que otro bache en los últimos. El más grave fue el que se produjo en 2017, cuando la cantante perdió su voz y estuvo a punto de tener que abandonar la música para siempre, según cuenta ella misma en el documental El Dorado World Tour, que se estrenará el próximo 13 en cines, pero por un sólo día, según recoge el autor original de este artículo informalia y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.
Tras recibir la noticia, la cantante colombiana asegura que vivió una etapa muy mala y estaba siempre «enfadadísima» por lo que ocurría en su cuerpo. Además, los médicos le recomendaron silencio y apenas podía hablar a su familia, algo que afectó a su relación con Piqué: «Él necesitaba que hablara», dice sobre el futbolista del Barça, que quería saber lo que realmente sentía: «Gerard me ha visto tantas veces salir llorando porque pensaba que no podría volver a mi carrera», cuenta.
La artista estaba a punto de dejar la música, pero Piqué trató de convencerla para que siguiera haciendo su trabajo y no se arrepintiera en más adelante: «Me decía que no quería un futuro con una mujer amargada, que todos estaban haciendo música por ahí mientras yo estaba encerrada en casa con los niños. Sal ahí y ponte a trabajar», explica.
La de Barranquilla evitó operarse como le decían el 80% de los médicos a los que visitó porque eso le mantendría «demasiado tiempo alejada de mis hijos». Ellos también lo pasaron mal con su lesión: «Mi hijo Sasha me dijo que le rezaba al Niño Jesús y a la Virgencita para que mamá volviera a hablar», desvela. Finalmente, los cuidados y los rezos dieron resultado, la colombiana recuperó su voz tan impecable como siempre y comenzó al fin el tour El Dorado acompañada por sus hijos, quienes hasta ese momento no sabían cuál era su profesión: «Mis hijos se pensaban que su mamá era tenista, porque salía cada día a practicar», sentencia.