¿Un Mundial de fútbol en Portugal y España? ¡Puff, qué pereza! Estamos en 2020, quedan de diez años para 2030 y estamos viendo cómo una economía frágil es arrasada, cuan ataque vikingo, por una pandemia mundial.
¿Y nos vamos a poner a pensar ahora en organizar Mundiales? Pues sí.
Aunque con una advertencia: Transparencia. Organizar un Mundial no es barato, por lo que, se debe fiscalizar cada euro, controlando cada obra que se haga, para que nadie, nadie, absolutamente nadie, meta la mano en la caja que es de todos.
Como dije, organizar un mundial es caro, aunque en el caso de la península ibérica, estadios como do Dragão de Porto, el Bernabéu y el Metropolitano de Madrid o el estadio da Luz en Lisboa, ya pueden soportar acoger sin inversión previa (o con muy poca) el dispute de un torneo de este calado. Pero no sólo son estos estadios, sino que el proyecto Espai Barça, tiene por misión una remodelación integral del Camp Nou, para finalizarse en 2023.
Es más, según estudios de la Mesa de Turismo, España puede incrementar un 3% su PIB, con la llegada de más de dos millones de turistas y un gasto promedio de novecientos euros cada uno (30.000 millones de Euros). Estas cifran conseguirían el ingreso de más de 3.800 millones de euros, mientras que en Portugal puede rondar los 2.100 millones de euros.
Una oportunidad que no podemos perder, puesto que es necesaria para invertir en infraestructuras no deportivas que desarrollen las conexiones con Portugal, mejorando el empleo, combatiendo la despoblación e impulsando las relaciones entre ambas naciones europeas.
¿Podremos llegar a ver a Portugal y España desfilar como lo hicieron las Coreas? Bueno… paso a paso… Con la Sociedad Iberista, todo puede proponerse. Tenemos por delante, muchas cumbres ibéricas, para hacerlo bien.
En definitiva, es hora, de pensar en grande, cómo decía Ortega y Gasset. Podemos y debemos, organizar el Mundial de fútbol en Portugal y España para 2030.
