Nadia Nadim conoce muy bien el terror del régimen talibán.
Nadia nació en 1988 en Herat, una ciudad de cerca de 500 mil habitantes ubicada en el oeste de Afganistán. La tragedia la marcó desde muy pequeña.
Cuando era niña, su padre, que era general del ejército afgano, fue secuestrado y asesinado en el desierto por el régimen talibán. Tiempo después, su madre decidió escapar junto a ella y sus cuatro hermanas. Su tierra natal ya no era un lugar seguro para seis mujeres y la única salida era refugiarse en el extranjero.
Tras pagar a un traficante de personas para salir hacia Pakistán, lograron llegar a Italia con pasaportes falsos. Allí se subieron a un camión que debía dejarlas en la capital inglesa, pero eso no ocurrió. Cuando por fin se bajaron del vehículo le preguntaron a una persona que pasaba por allí dónde estaban y la respuesta las sorprendió: habían llegado a Dinamarca.
“Yo esperaba ver el Big Ben, había visto fotos de Londres en postales, pero cuando me bajé del camión pensé: ‘Esto no se parece en nada a eso’. Sin embargo, eso no me importó, pensé que lo importante era que todavía estábamos todas juntas… Y que necesitaba comer”, contó la actual futbolista del Racing Louisville FC de Estados Unidos en una entrevista reciente.
El país nórdico y el fútbol se convirtieron en los grandes refugios de Nadia. Allí su familia consiguió asilo y ella pudo desarrollar su flamante pasión por el juego, algo que había heredado de su padre, que en su juventud había sido jugador de la selección de hockey de su país.
La jovencita afgana, que nunca había visto a una mujer practicar deporte, comenzó a ser testigo de los partidos que se armaban cerca del campo de refugiados en el que vivía junto a su madre y sus hermanas. Un día presenció un entrenamiento de un equipo de niñas y, con 12 años, entendió que ese iba a ser su destino.
Su formación comenzó en un pequeño club de la ciudad de Aalborg llamado B52 y luego dio el salto al Viborg.
Con el tiempo, inició su carrera profesional en el IK Skovbakken y luego continuó en el Fortuna Hjørring. Con este último equipo hizo su debut en la Champions League en 2012, convirtiendo los dos goles en la victoria por 2-1 ante el Glasgow de Escocia, y dos años más tarde fue campeona de la liga local.
Por ese entonces, su nombre ya era una fija en las convocatorias de la selección de Dinamarca. En 2009, a los 21 años, Nadim se convirtió en la primera jugadora nacionalizada en jugar para el representativo de ese país, tanto en varones como en mujeres.
Más allá de que lleva dos décadas fuera de Afganistán, Nadia no se ha olvidado de sus orígenes. Luego de que el régimen talibán tomara el control de Kabul días atrás, publicó en sus redes sociales algunas fotos del sufrimiento que las imposiciones de este grupo causan en niños y niñas. “La vida puede ser tan injusta, ¿Qué culpa tienen estos pequeños? Han nacido en el lugar equivocado”, escribió, tal vez viéndose reflejada en las lágrimas y los gestos de tristeza de los protagonistas de esas imágenes.