El Barcelona dormirá, al menos durante tres días, a once puntos de un Real Madrid campeón del mundo.
Y es que el Barcelona está de dulce. Tan sólo 7 goles encajados en 21 partidos. Unas cifras colosales las cuales no se entienden sin el nivel actual de Araújo y el mejor Ter Stegen. el pasado domingo, 12 de febrero, el Barcelona volvió a ganar por 0 a 1 en uno de los estadio más complicados que le quedan por visitar: La Cerámica.
El conjunto azulgrana afrontaba el partido a sabiendas de que podía dar no un golpe, sino un puñetazo en toda regla a la liga y, salvo milagro, que hemos visto más de uno, casi sentenciarla.
El Barcelona no falla
Una fabulosa jugada en el 18′ entre Koundé, que robó en campo rival, que cedió a un De Jong asentado como titularísimo y que recuerda a aquel jugador del Ajax por el que el Barça apostó fuerte, jugó para Raphinha y, llegando desde atrás como últimamente acostumbra, Pedri recibió, dejó de cara para su socio Lewandowski con el que hizo una pared para enseñar en las sescuelas de fútbol base y, con toda la sutileza del mundo, el canario definió y marca su sexto gol de la temporada.
Porque el Barça está en esa dinámica en la que le sale todo. A partir de ese gol, el delantero del submarino amarillo Morales desperdició la oportunidad más clara de los de quique setién. En un mano a mano, el delantero del Villarreal tiró el balón fuera de manera sorprendente. Ter Stegen prácticamente ni usó los guantes en ningún momento.
Porque ya en la segunda parte pasó entre poco y nada. Excepto llegadas de los locales que fueron arrebatadas por un Ronald Araújo que, como he dicho antes, está a un nivel colosal. )Incluso me animo a decir a que actualmente es el mejor defensa del mundo.
El uruguayo salvó hasta tres ocasiones claras al corte ataques prometedores del Villarreal. Especialmente importante fue el meter un pie a Yeremy Pino cuando el canario ya se relamía en el área para el empate.
El Real Madrid vio el partido con la resaca de un nuevo título
Por su parte, el Madrid estaba viendo el partido con ‘resaca’. Principalmente porque el Real Madrid festejó un nuevo título más: el Mundial de Clubes. Los blancos vencieron por 5-3 al Al-Hilal de Arabia Saudí en un encuentro divertidísimo para el espectador neutro.
El Real Madrid se alzó este sábado con su quinto Mundial de Clubes, octavo trofeo Intercontinental, manteniendo su invicto en esta competición, tras un partido frenético que dejó un festival de goles, ante un conjunto asiático que plantó más batalla de la esperada.
Los dobletes de Fede Valverde y de Vinicius, sumado al tanto de Benzema, fueron suficiente para doblegar a un conjunto saudí que llegó a meter el miedo en el cuerpo con los goles de Marega y de Vietto por partida doble. Aunque nunca llegó a estar por debajo en el marcador, el cuadro madridista acusó la excesiva relajación en determinados momentos para complicarse un partido que no sentenciaron hasta el final.
Ancelotti saca la calculadora
Ahora bien, hasta para el campeón del mundo se antoja muy complicado ganar esta liga. Con la victoria del Barcelona ante el Villarreal el Real Madrid está a 11 puntos del primer puesto. Con un partido menos, eso sí. Será contra el Elche, colista, en el Santiago Bernabéu el próximo miércoles 15 de febrero.
Suponiendo que ganan, los de Ancelotti se colocaría a 8 puntos. Y sus posibilidades por competir hasta el final el título de liga pasan por ganar en el Camp Nou el próximo Clásico, y no ceder más puntos claro.
Pero es que con todo ello, el Barcelona tendría una ventaja de +5 aún así, y viendo que Xavi Hernández ha dado claramente con la tecla, y que ha dopado a sus jugadores de ambición para armar un equipo muy competitivo, parece que se necesite un milagro.
Por eso mismo al Madrid no se le debe dar por muerto. El Real Madrid es experto en los milagros. Es el equipo ‘favorito’ de Dios. Sino que alguien explique la Champions del año pasado, y sus respectivas remontadas. Y todos lo saben.
Al Real Madrid nunca hay que darle por muerto. Y hay que ver si el Barcelona aguanta el ritmo.