Jenni Hermoso se mantuvo firme ante el juez.
La campeona del mundo prestó declaración en la Audiencia Nacional este 2 de enero de 2024 y confirmó que el beso que le dio el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales tras la final del mundial en Sídney (Australia) no fue consentido y que se sintió presionada para salir en su defensa públicamente.
La futbolista acudió a la Audiencia Nacional para declarar ante el magistrado que investiga a Rubiales, inhabilitado por la FIFA, por un delito de agresión sexual y otro de coacciones por lo sucedido tras la victoria del mundial de la selección el pasado 20 de agosto.
«Ha ido todo bien. Quería desearos Feliz Año. Todo queda en manos de la Justicia. Muchas gracias por el apoyo que habéis tenido conmigo y por tratar muchos de vosotros tan bien las cosas. Os lo agradezco», aseguró la jugadora a la salida. Estuvo unas tres horas en la Audiencia Nacional.
Como se esperaba y en línea con la declaración que prestó ante la Fiscalía, la jugadora ha ratificado su versión, lo que supone una diligencia clave en el marco de la causa que ya ha encarado su recta final en la Audiencia Nacional.
Según han apuntado fuentes jurídicas, Hermoso ha afirmado que el beso «fue inesperado y en ningún momento consentido» y que después, tanto el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, los investigados la «atosigaron» de forma constante, lo que «alteró su vida normal, produciéndole una situación de desasosiego y tristeza».
Hermoso llegó a las dependencias de este tribunal especial acompañada de su abogado Ángel Chavarría y de su representante, además de por algún abogado más que ejerce la acusación en esta investigación. Tras recorrer andando el paseo peatonal que conduce a la puerta de acceso charlando con sus acompañantes ha accedido al interior sin dirigirse a la prensa que se concentraba esta mañana en los alrededores.