El ambiente en el estadio era de esos que prometen historia: el morbo del reencuentro de Messi con el PSG, el vigente campeón de Europa, y la ilusión de un Inter Miami que soñaba con la hazaña.
Pero el sueño americano duró apenas unos minutos. Desde el pitido inicial, el equipo de Luis Enrique impuso un ritmo infernal, asfixiando a los locales y dejando claro por qué ostenta la corona continental.
El primer aviso llegó en el minuto 4, cuando Kvaratskhelia irrumpió como un vendaval en el área y sirvió a Barcola, que solo la intervención milagrosa de Ustari evitó que abriera el marcador.
No hubo respiro: apenas tres minutos después, Vitinha colgó un balón al segundo palo y Joao Neves, con un cabezazo letal, puso el 1-0. El Inter apenas podía cruzar la mitad de la cancha, mientras la marea azul avanzaba sin piedad.
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— FIFA Club World Cup (@FIFACWC) June 29, 2025
El dominio parisino era absoluto. Fabián marcó el segundo, anulado por fuera de juego, y ‘Kvara’ rozó el poste en el 23. El Inter Miami, superado en todas las líneas, veía pasar el balón como un espejismo, incapaz de frenar la avalancha. El segundo gol fue cuestión de tiempo: Fabián robó a Busquets, Barcola asistió y otra vez Joao Neves firmó el doblete al 39. Y ahí no terminó el suplicio: Avilés, en su intento de despeje, marcó en propia puerta tras un centro de Doué, y Hakimi, aprovechando un rechace tras su propio disparo al travesaño, selló el 4-0 antes del descanso.
El Inter regresó del vestuario con otra cara. Messi, herido en el orgullo, intentó liderar la reacción. En el 49, sirvió un pase de fantasía a Luis Suárez, que desperdició la ocasión.
El argentino lo intentó de todas las formas: con disparos, cabezazos y un tiro libre en el 89 que se estrelló en la barrera. Pero el PSG, ya con el trabajo hecho, bajó una marcha y administró la ventaja con oficio.
No hubo lugar para milagros ni para la épica. El PSG se lleva una victoria incontestable y se instala en los cuartos de final del Mundial de Clubes, donde espera en Atlanta al Bayern de Múnich. El campeón de Europa demostró que, hoy por hoy, está en otra galaxia.

