El piloto catalán intenta en la actualidad ayudar en la carrera deportiva de sus dos sobrinos

Se cumplen veinte años del subcampeonato de Carlos Cardús

A Carlos Cardus este deporte debe perdonarle...

Sin ninguna duda esta edición del Gran Premio de Cataluña de Motociclismo tiene un sabor especial. Estoy de acuerdo en que este deporte, que es pasión casi siempre, tiene todo tipo de detalles inimaginables para con sus ídolos. Detalles como retirar el 7, el 34, pues lo lucieron pilotos irrepetibles, u otros como el de poner el nombre a las curvas de los inolvidables por encima de poderlas vender, todo eso es fascinante, porque tiene el ejemplo práctico del recuerdo en las siguientes generaciones.

Vuelves al Circuito de Cataluña con jóvenes y la pregunta «¿Y este quien es?», te hace entrar en la nostalgia para explicarlo.

Esta edición que termina coincidió con el recuerdo de los 19 años de Montmeló. Con la nostalgia de que algunos no volverán al circuito con las responsabilidades actuales pues han cambiado los derechos. Se inauguraron dos recuerdos muy merecidos en el Circuito: el de Emilio Alzamora por su titulo mundial del 1999 en la Avenida de los Campeones y otro en Seva, a su piloto más laureado: Álex Criville, que ya tiene su placa en Montmeló.

Sin embargo nadie se acordó de que este año hace veinte que Carlos Cardús consiguió un subcampeonato que no fue campeonato porque hoy se sabe que le hicieron un boicot. Tal y como ha declarado el propio piloto en más de una ocasión, su abandono en la última prueba del mundial se debió a un sabotaje de su jefe de mecánicos.

¿Que le pasa al mundo de la moto con el Tiriti? Sinceramente creo que ha pagado con creces sus errores. De esos años los tres que dominaban la categoría de 250 c.c. han tenido distintas suertes. Sito Pons, impecable gestión tras su retirada, ya en pista era el más organizado, siguió con éxitos con su equipo y actualmente gestiona el futuro deportivo de su hijo. A Juan Garriga todo le fue mal, no levantó cabeza después de sus años de gloria, que como ahora con Marquez y Espargaro o Rossi, Lorenzo, Pedrosa,… tenía a la España motera dividida.

A Carlos Cardús este deporte debe perdonarle, terminó su trayectoria encima de la moto y cometió todos los errores juntos: divorcio, descapitalización,.. todo parecía indicar que su futuro sería incierto, pero su santa madre desde la sombra como siempre hacen las madres no dejó que esto sucediera, y le perdonó todo.

Ahora vuelve a estar motivado. Su suerte es que sus sobrinos, los hijos de su hermano Luis, los dos están en las motos. Con Riky ya no le dejaron meterse en nada, les molesta que entre en el box, no valoran lo que sirve un consejo de alguien con el talento descomunal, que eso si todo el mundo le reconoce, en un momento en el que la trayectoria deportiva de Riky Cardús está pendiente de demostrar el talento necesario para ser piloto de alto nivel.

A su otro sobrino Ferran le lleva la carrera deportiva, con un equipo, modesto pero profesional y con una progresión envidiable, algo que su hermano Luis, padre de la criatura, tardó en autorizar. La duda está en saber si éste también ha predicado con el ejemplo pues es el primero que tendría que perdonarle a su hermano que consiguió todo lo que a él le hubiera gustado, ya que de todos es conocido su intento de ser piloto como su hermano Carlos. En definitiva, la placa en la Avenida de los Campeones del Circuit, no será posible porque no lo fue, pero un monolito….

 

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