El Gobierno de Camps pretende garantizar la carrera hasta 2020 por su impacto en la imagen y los ingresos que aporta a la ciudad
La Policía Nacional impidió este 25 de junio de 2011 el comienzo de una acampada reivindicativa de protesta contra el gasto de dinero público que, supuestamente, supone la celebración de la carrera de Fórmula 1 en Valencia.
El objetivo de la reivindicación era destacar el contraste entre «los privilegios y el despilfarro de la Fórmula 1» y «la degradación y el abandono del Cabañal», el barrio marinero.
Además, criticaban que durante tres días, y durante las semanas previas a la carrera, el espacio público del puerto y sus alrededores estén reservados a los participantes y espectadores de la carrera.
Al margen de la caradura que supone protestar por el el abandono del Cabañal, cuando han sido esos mismos grupos alentados por el PSOE y Compromis y apoyados por el Gobienro Zapatero, los que han impedido que el ayuntamiento de Rita barberá pueda remodelar el barrio, la jugada contra la Fórmula 1 en Valencia, denota una ignorancia supina.
Los coches que pilotan Alonso, Vettel, Hamilton y los demásson muy rentables para la ciduad y dejan en Valencia unos 60 millones de euros al año.
Eso explica que el Gobierno de Camps quiera garantizarse la carrera hasta 2020.
LOS MILLONES
La imagen de los monoplazas acelerando junto a las aguas del Puerto de Valencia se ha convertido en uno de los emblemas de la Comunidad Valenciana y el Gobierno autonómico no quiere que caduque cuando finalice el actual contrato con la Fórmula 1, en 2014, a pesar de que la organización de la carrera sigue sin alcanzar la rentabilidad.
La Generalitat Valenciana asume actualmente el canon para que la ciudad acoja el Gran Premio de Europa, que este fin de semana recorre por cuarta vez el circuito urbano valenciano. Un coste que se cifra en unos 18 millones de euros al año, aunque el importe exacto nunca se ha confirmado oficialmente, alegando cláusulas confidenciales.
MARCA Y PUBLICIDAD
La Administración cree que este gasto está más que justificado con el impacto mediático para la ciudad de los casi seiscientos millones de telespectadores que siguen la carrera, además de los sesenta millones de euros que genera el fin de semana del Gran Premio.
El sector hotelero y la hostelería son los grandes beneficiados con la llegada de espectadores, pero también de equipos y patrocinadores. Los establecimientos de Valencia y su área metropolitana rozan el noventa por ciento de ocupación estos días y se pueden permitir triplicar precios en un momento en que la crisis ha provocado el cierre de establecimientos históricos, como el Sidi Saler.
El auge del alquiler de apartamentos en toda la ciudad y de terrazas junto al circuito también da un cierto oxígeno a firmas inmobiliarias.
Incluso el sector náutico, que ha vivido una auténtica sobreoferta de amarres en Valencia tras la marcha de la Copa América de vela, vive un repunte con los yates de los capos de las escuderías y sus invitados.
Pero los ingresos generados por los espectadores y todo el movimiento alrededor de los boxes no oculta las dificultades para rentabilizar la propia organización del evento.
Inicialmente, la empresa Valmor -formada por Bancaja, el empresario Fernando Roig y el expiloto de motos Jorge Martínez Aspar- asumía la gestión. Sin embargo, tras las dos primeras carreras tuvo que recurrir al apoyo público para costear los gastos.
La crisis hizo derrapar las expectativas de negocio. La principal fuente de ingresos de la sociedad organizadora es la venta de entradas.
Sin embargo, los 115.000 espectadores que consiguió la primera carrera en 2008 se han convertido en lejanos. Valmor considera un buen resultado rondar los 80.000 aficionados el domingo, una cifra similar a los 83.443 registrados durante el año pasado. Para atraer al público, la firma ha reducido precios hasta un 12%.
PATROCINIOS
Los patrocinios también han cambiado. Este año, no cuenta con sponsor principal, después de que Telefónica, que asoció su marca al Gran Premio de Europa las tres ediciones anteriores, no haya renovado.
Santander, que da su nombre a otras tres citas del Mundial, asumió el Gran Premio de España, que también poseía la operadora. Para atraer mecenas, Valmor apostó por iniciativas como bautizar las curvas del trazado con nombres de empresas por 150.00 euros.
El grupo marítimo Boluda fue el primero en sumarse. El acuerdo, por cinco ediciones, ha quedado este año en suspenso por ahorros de costes, aunque desde la naviera aseguran que esperan recuperarlo.