Ahora está prohibido en casi todas las estaciones de servicio, pero cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, mi padre nos llevaba al túnel de lavado a pasar un buen rato.
Quién iba a imaginar que ese feliz viaje de espuma y cepillos gigantes podía convertirse en un pasaje del terror si no respetabas las señales.
Al menos eso es lo que le ha ocurrido a este conductor que ignoró por completo una señal luminosa de STOP y decidió que era buen momento para avanzar, según recoge Matías S. Zavia en gizmodo.
El coche quedó atrapado en uno de los cepillos, el conductor decidió dar marcha atrás y las leyes de Newton hicieron el resto: la maquina cayó sobre el vehículo.