Es seguramente la noticia que necesitaban la mayoría de españoles, la que se aficionó al deporte de la Fórmula Uno gracias a los éxitos de Fernando Alonso.
Carlos Sainz, hijo del mítico piloto bicampeón del Mundial de Rallies y ganador del Dakar, ha sido fichado por la mítica ‘Scuderia’: Ferrari.
El madrileño de 25 años ha firmado por dos temporadas en sustitución de Sebastian Vettel. Sainz correrá con los colores de Ferrari después justamente del mencionado Alonso. Y formará tandem con Charles Leclerc, que en principio parte con el status de líder, para romper el dominio de Mercedes.
Con la llegada de Sainz a la mítica escudería italiana, es presumible pensar que con ella el interés español en el ‘Gran Circo’ puede volver a sufrir un repunte. El joven piloto ha estado cinco temporadas en la F1. Ha pasado por Toro Rosso, Renault y McLaren. Acumula 102 grandes premios y su mejor resultado fue el podio obtenido en Brasil en 2019, un año en el que fue sexto en el Mundial.
España, quitando una entusiasta minoría, no era un país donde la Fórmula Uno contara con una gran tradición. La inclusión en la parrilla de pilotos españoles como Marc Gené o Pedro Martínez de la Rosa atrajo el interés de medios en la época moderna, pero no fue hasta la explosión de Alonso cuando las audiencias millonarias en televisión comenzaron a competir con la retransmisión del fútbol.
Los éxitos del asturiano, sobre todo en Renault, atrajeron el interés de las teles, pujando por sus derechos sucesivamente a través de TVE, Telecinco y Atresmedia siguiendo la sombra de Alonso, que se llevó el Mundial dos veces en 2005 y 2006 y fue subcampeón del mundo otras tres, coincidiendo con su paso por Ferrari: 2010, 2012 y 2013.
