Anuncié que me presentaría a la reelección como alcalde de Madrid y ahora lo mantengo
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Una hora después de conocer la fatídica decisión del COI el alcalde de Madrid llegó a su hotel de Copenhague. Lo hizo cabizbajo y triste. Antes de atender a los medios quiso encerrarse unos minutos con su equipo.
«No ha servido de nada que hayamos estado estos años preparando el proyecto. No lo han tenido en cuenta».
Ruiz-Gallardón tiene razón. Ha hecho de tripas corazón y en una entrevista que aparece en ABC este domingo, subraya que no tirará la toalla:
«Anuncié que me presentaría a la reelección como alcalde de Madrid y ahora lo mantengo. Respecto a a la candidatura de Madrid a ser sede de los Juegos de 2020, cualquier manifestación en ese sentido o en el contrario, ahora mismo, sería precipitada y anticipada. Hasta el año 2011 no decidiremos qué hacer»
En la decisión, aunque el alcalde no lo diga, pesará y bastante el nombre del personaje que preside el COI.
Muy pocos en la delegación madrileña entienden cómo se han podido escapar los Juegos.
A la hora de buscar una explicación, todas las miradas apuntan en una misma dirección. Mejor dicho, en una misma persona: Jacques Rogge. El gran traidor.
El presidente del COI «mintió» hace tres años al alcalde de Madrid cuando le convenció de que la rotación de continentes no iba a ser un factor clave en la elección.
No contento con decírselo en privado -en su propio despacho de Laussane-, este belga que es cirujano ortopédico titulado, también lo repitió públicamente poco después.
El sueño de Madrid 2016 comenzó a tomar forma tras escuchar las palabras de Rogge. Fue tras ese primer encuentro en Suiza cuando Gallardón decidió repetir la experiencia de 2012.
Sin embargo, el COI, a la hora de la verdad, ha vuelto a dar la espalda a Madrid y de forma artera.
El diario Financial Times recordaba este viernes los tremendos defectos de Río de Janeriro: inseguridad seguridad, falta de plazas hoteleras y problemas de infraestructuras.
Analizando la votación, hay una cosa que queda clara: El sistema del CIO está viciado. Veinte votos en bloque en la segunda votación y otros 20 en la tercera sólo se explican de una manera: hubo una orden de Rogge para que los Juegos fueran a Sudamérica.
Objetivamente la candidatura brasileña estaba -y está- a años luz de la madrileña. En privado, miembros olímpicos comentaban que el COI había arriesgado mucho dándole los Juegos a Río de Janeiro.
Sus problemas de seguridad no son para pasarlos por alto.
El presidente Lula da Silva lo recordó en la rueda de prensa del vencedor:
«Quiero que Río deje de salir en las páginas de Sucesos y que aparezca en las de Deportes o Alta Sociedad».
Y el traidor, el que nos la ha jugado, se sienta ahora en lo más alto del COI y seguirá ahí una larga temporada.