Sus habilidades le han permitido trabajar en compañías de circo de todo el mundo y describe sus actuaciones como "expresiones del arte"
Eskil Ronningsbakken empezó a realizar actividades de riesgo a los cinco años. Ahora tiene treinta y su interés por realizar acrobacias peligrosas en las alturas no decrece. En su última aventura se ha tambaleado sobre una montaña de sillas, apiladas encima de una piedra encajada entre dos paredes y con 1000 metros bajo los pies, en Rogaland (Noruega).
Según recoge el Daily Mail en Don’t let go of me! The incredible extreme artists balanced precariously over a cliff, Ronningsbakken también ha hecho el pino en la barandilla de la plataforma de un mirador de Trollstigen (Noruega) y ha realizado acrobacias junto a los aprendices a los que enseña. Con el keniata Moses Wepukhuli, de 25 años, realizó unas acrobacias gimnásticas permaneciendo en equilibrio a 300 metros de altura.
Ronningsbakken se describe a sí mismo como un «artista acrobático entrenado» que ha trabajado duro desde los cinco años. Sus habilidades le han permitido trabajar en compañías de circo de todo el mundo y describe sus actuaciones como «expresiones del arte». Utiliza el yoga y la meditación para entrenarse.