Pacquiao sólo piensa en la victoria y Margarito en dar la sorpresa

Pacquiao sólo piensa en la victoria y Margarito en dar la sorpresa
. EFE/Archivo

El boxeo tiene mañana una nueva cita con el púgil filipino Manny Pacquiao, que busca mantener su condición de mejor del mundo cuando se enfrente al mexicano Antonio Margarito, mientras espera que el estadounidense Floyd Mayweather Jr. organice su vida, tanto en el plano privado como en el profesional.

Cuando Pacquiao suba al cuadrilátero Cowboys Stadium, de Dallas, en su esquina estará Freddie Roach, el preparador que para muchos es también el mejor que hay actualmente dentro del boxeo.

Roach es el que ha definido el plan para que Pacquiao no tenga problemas a la hora de conseguir la victoria frente a un rival cuya mejor cualidad es la valentía y la fuerte pegada, además, de ir siempre para adelante y no retroceder nunca.

Si todo sale como espera, Roach no tiene dudas de que Pacquiao será el ganador de la pelea del próximo sábado, aunque de nuevo tenga que subir de categoría, en esta ocasión al peso superwelter.

También Roach cuenta con el problema que casi siempre se le plantea una vez que Pacquiao está sobre el cuadrilátero, que éste no cumple el plan establecido al pie de la letra.

«Podría boxear más y ser un poco más listo», comentó el entrenador del rey libra por libra del boxeo, «pero le gusta intercambiar golpes, y eso es lo que vende taquillas. Eso es lo que hace que sea emocionante, y eso es lo que lo convierte en lo que es».

Pacquiao no quiere cambiar su estilo contra Margarito, aunque muchas cosas cambiaron desde que subió al cuadrilátero por última vez en marzo en el Cowboys Stadium ante el ghanés Joshua Clottey.

Aunque el filipino es un púgil con una pegada potente en cualquier peso, ahora buscará su octavo título mundial contra un oponente más lento que le supera en envergadura.

Otra vez, tendrá sobre sus hombros las expectativas de todo un país. Pero ahora lo hará como la máxima figura deportiva en la historia de Filipinas y como congresista de su provincia natal de Sarangani.

La combinación de púgil y político le brindó la oportunidad de aparecer en el programa «60 Minutes», en la radio pública estadounidense, y en muchos lugares a los que los boxeadores nunca son invitados o siquiera mencionados.

También causó inquietud entre sus seguidores, que están preocupados porque sus labores como congresista puedan haber interferido en su entrenamiento para el combate.

Pacquiao, de 31 años, tiene una respuesta clara: «no se preocupen. Cuando se trata de pelear, estaré listo para hacerlo».

«Siempre estoy concentrado», recordó Pacquiao con total tranquilidad durante la conferencia de prensa previa a la pelea. «Siempre estoy hambriento por pelear, no hay distracciones».

Pacquiao, quien comenzó su carrera en las 107 libras (48,5 kilos), subirá al cuadrilátero del famoso campo de fútbol americano con el mayor peso de su carrera para enfrentarse al combativo Margarito, que trata de dejar en el olvido el escándalo por utilizar una sustancia ilegal en las vendas y que casi le cuesta su carrera.

El filipino tiene desventaja en peso y estatura en el duelo por el título superwelter (154 libras; 70 kilos), aunque el contrato estipula que el peso máximo de los peleadores no puede superar las 150 libras (68 kilos).

Eso no preocupa a Roach, que cree que el estilo de Margarito es perfecto para su pupilo.

«La defensa de Margarito es terrible, y no puede lanzar un golpe recto», opinó Roach. «Manny le pegará por el medio toda la noche. Tenemos un gran plan contra él».

Pacquiao (51-3-2, 38 k.o.) tiene garantizada una bolsa de 15 millones de dólares, la mayor de su carrera, y podría ganar hasta 25 millones si la pelea vende bien en televisión.

Más de 55.000 personas verán el combate en el Cowboys Stadium, donde Pacquiao venció este año a Clottey, pelea que presenciaron 50.000 espectadores.

Aunque Pacquiao es la estrella, Margarito ha hecho su parte para vender la pelea, y esta semana causó controversia al aparecer en un vídeo burlándose de Roach, quien sufre Parkinson.

Margarito (38-6-1, 27 k.o.) se disculpó por el vídeo, pero no por las vendas ilegales que le encontraron antes de una pelea con el púgil estadounidense Shane Mosley y por lo que fue suspendido y todavía no puede pelear en California o Nevada.

El «Tornado de Tijuana», de 32 años, espera aprovechar al máximo la oportunidad de su vida. Su bolsa garantizada es de tres millones de dólares, pero podría ganar hasta seis.

«Creo que no hay nadie que se parezca a su estilo o que pelea como él», comentó Margarito, tres veces campeón del mundo. «Nunca he peleado con alguien así, o siquiera que se le parezca. Conozco su velocidad».

El púgil mexicano también es consciente de que su mayor envergadura puede ser un factor muy importante a la hora de tener probabilidades de conseguir el triunfo.

«Sé que es un tipo rápido, pero también es más pequeño. Nunca pensaría que será una pelea fácil o que tengo una gran ventaja sobre él, porque no la tengo, pero veo algunas cosas (que me favorecen) y esas son las que debo aprovechar para buscar el triunfo», dijo.

Margarito aseguró que, al margen del resultado de la pelea, de lo que no tenía duda alguna es que la misma va a ser espectacular e intensa.

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