Feijóo celebra el acuerdo sobre las pensiones pese a ser un «recorte» y espera que el PP «sea llamado»

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha celebrado el acuerdo en materia de pensiones alcanzado entre el Gobierno central y los agentes sociales, pero espera que el «partido mayoritario» de la oposición en Madrid «sea llamado» y que «haya el consenso necesario para un recorte» del Pacto de Toledo.

«Después de tantos desacuerdos, todos los consensos deben ser saludados. Después de que España viviese una huelga general, después de que hubiese desacuerdo prácticamente en todo, cualquier acuerdo debe ser saludado», ha valorado al ser preguntado en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta que, de forma excepcional, se ha celebrado en viernes.

Dicho esto, el máximo mandatario autonómico ha manifestado que espera conocer el «alcance» de este acuerdo, que –subraya– es «fruto de la responsabilidad de todos», pero supone un «recorte». «Menos pensión, más tiempo de trabajo», ha resumido el dirigente autonómico, quien ha sentenciado que «ya nadie podrá jubilarse a los 65 años», salvo que tengas 38,5 años cotizados, y «antes todos podían».

En todo caso, y «dada la situación» laboral actual, espera conocer «con la prudencia debida» el alcance del acuerdo, al tiempo que ha confiado y deseado que «haya el consenso necesario para un recorte de esta naturaleza», de forma que se «recupere» el espíritu y consenso del Pacto de Toledo.

Al respecto, ha incidido en que el Pacto de Toledo sirvió para «consolidar derechos de los pensionistas», mientras que el acuerdo alcanzado por el Gobierno y las centrales sindicales supone «recortarlos». «Ahora se necesita el mismo consenso», ha advertido.

Por ello, Alberto Núñez Feijóo confía en que el partido mayoritario de la oposición, que «tuteló el Pacto de Toledo que supuso más derechos a los pensionistas», sea llamado para «verificar, comprobar y posicionar» un acuerdo que, sostuvo, «lamentablemente consiste en un recorte».

ACUERDO PENSIONES

Este mismo viernes, después de haber alcanzado un acuerdo de madrugada, el Gobierno central ha aprobado la reforma del sistema de pensiones, que entrará en vigor en 2013, y que eleva la edad de jubilación a los 67 años en un horizonte de 15 años, hasta 2027. Este incremento se realizará a razón de un mes por año durante los seis primeros y de dos meses por año durante los nueve últimos.

Aquellos que salgan del mercado laboral a los 67 años tendrán que haber cotizado 37 años para poder cobrar la pensión máxima, frente a los 35 actuales. No se modifica sin embargo la edad mínima para tener derecho al 50% de la pensión, que se mantendrá en 15 años, de forma que ahora harán falta no 20 sino 22 años más para poder acceder al 100% de la prestación.

Los que con 65 años que tengan carreras de cotización de 38,5 años o las cumplan antes de los 67 años podrán jubilares con toda la pensión. En este caso, el paso de los 35 años a los 38,5 años para acceder a la pensión máxima se realizará a razón de seis meses cada dos años, es decir, en siete escalones.

Por otro lado, la reforma amplía de 15 a 25 años el periodo de cálculo de las pensiones, lo que, según el Ministerio de Trabajo, tendrá un efecto de subida o bajada del 1% sobre las pensiones en el caso del Régimen General y algo mayor en el caso de los autónomos.

DEMOGRAFIA GALLEGA

En otro orden de cosas, tras conocerse la evolución demográfica de Galicia, el presidente de la Xunta ha reconocido que la pérdida de población «es uno de los principales problemas» que presenta Galicia. «Más mayores y menos pequeños», ha ilustrado el mandatario autonómico en referencia a que la Comunidad presenta la segunda tasa de natalidad más baja y la segunda mortalidad más alta.

Al respecto, Feijóo ha recordado que él mismo, en el último Debate del Estado de la Autonomía, propuso que el Parlamento autonómico abordase la situación demográfica, para lo que se constituyó una comisión específica en la que trabajan los tres grupos con representación en la Cámara.

De esta manera, indicó, el Gobierno autonómico «cumplirá el compromiso» de remitir al Parlamento sus propuestas y confía en que el grupo de trabajo realice un «diagnóstico acertado». Feijóo ha reconocido que el problema «no se va a solucionar» a corto plazo, pero sostiene que «es evidente que hay que diagnosticar y tratar» esta cuestión.

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