La selección francesa de balonmano se ha impuesto en la prórroga a Dinamarca (37-35) y ha revalidado el título de campeón del mundo, logrando el cuarto oro consecutivo tras los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, el Mundial en 2009 y el Europeo de 2010.
El Malmao Arena vibró con un partidazo de balonmano entre las dos mejores selecciones del campeonato, que se convirtió en una batalla entre el francés Karabatik, nombrado mejor jugador del torneo, y Hansen, verdugo de España en semifinales.
Francia llevó la iniciativa en todo momento, basando su juego en la solidez de su portero, Thierry Omeyer, y los diez goles de Nikola Karabatic, sin duda el mejor jugador del planeta.
Sin embargo, el vertiginoso juego de Dinamarca, que liderado por el lateral Hansen había permitido que el equipo nórdico se plantara en la final contando sus partidos por victorias, no se lo puso nada fácil a los ‘bleus’, que tuvieron que exprimirse al máximo.
Dinamarca, que disputaba su tercera final desde 2008, no pudo consumar la revancha de 2009, donde cayeron en la final precisamente ante Francia, por lo que continúan sin saber lo que es un oro en un campeonato del mundo.
Tras mantener Francia una ventaja de dos o tres goles durante todo el choque, el equipo danés tiró de casta al final del encuentro y, en parte gracias al acierto del portero Landin, que hundió el sueño español de disputar la final, y también gracias al cañón de Hansen, llegó a colocarse a un tanto a falta de un minuto.
En ese momento, Landin repelió un mano a mano con Bertrand Gille que habría supuesto la victoria francesa y el técnico Ulrik Wilbek solicitó un tiempo muerto para preparar la última jugada del choque.
Restaban 10 segundos para la conclusión y era de esperar que la defensa francesa vigilara un posible lanzamiento de Hansen, por lo que quien tomó la responsabilidad fue Spellerberg, que logró el empate (31-31) justo cuando sonaba la bocina en el Malmoe Arena.
LA EXPERIENCIA FRANCESA DECANTA LA PRORROGA
Con el partido empatado se llegó a la prórroga, donde la mayor experiencia francesa decantó la balanza, aunque los daneses dieron guerra hasta el final.
Los porteros, tanto Omeyer como Landin, comenzaron el tiempo extra dejando claro a Hansen y Karabatic que sería muy complicado batirles, repeliendo sendos lanzamientos de las estrellas de cada conjunto.
En Francia, resurgió el veterano Jerome Fernández, que anotó dos tantos en esta prórroga y frenó el ímpetu danés, que le llevó a colocarse por primera vez en todo el partido por delante en el marcador, con el 34-33.
Sin embargo, entre Omeyer y Karabatic terminaron por decantar la balanza del lado francés (37-35), haciendo inútiles los diez goles de Hansen, que a sus 23 años ha demostrado que llegará a ser uno de los mejores jugadores del mundo.
FICHA TECNICA.
–RESULTADO: FRANCIA, 37 – DINAMARCA, 35.
–EQUIPOS.
FRANCIA: Omeyer (p); Abalo (5), Barachet (3), Bertrand Gille (4), Dinart (-), Karabatic (10) y Guigou (5, 2p) -siete inicial- Karaboue (p.s), Joli (1p), Fernandez (4), Accambray (2), Junillon (-), Honrubia (-), Bingo (-) y Sorhaindo (-).
DINAMARCA: Landin (p); Lindberg (3), Mads Christiansen (1), Spellerberg (4), Hansen (10), Christiansen (3, 2p), Toft Hansen (2) –siete inicial– Rasmusen (p.s); Boesen (), Lauge (-), Eggert (1p), Knudsen (2), Noddesbo (3), Svan Hansen (-), Sondergaard (-) y Nielsen (-).
–PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 2-0, 5-3, 8-6, 9-9, 13-9, 15-12 –descanso– 17-15, 21-18, 23-21, 25-24, 29-27, 31-31 –prórroga– 33-34 –descanso– 37-35.
–ARBITROS: Excluyeron por dos minutos a Bertrand Gille (2 veces), Fernandez y Accambray por Francia y a Nielsen, Spellerberg, Hansen, Noddesbo y Lindberg por Dinamarca.
–PABELLON: Malmö Arena. 13.563 espectadores.
