El secretario general de la CONCACAF, Chuck Blazer, que ha investigado los partidos de la Copa Oro, no ha encontrado evidencias de irregularidades ocurridas durante los partidos de este torneo, pese a las especulaciones de la prensa por los abultados resultados que se dieron durante la fase de grupos y que dispararon las apuestas en Asia.
«Desde el principio nos dimos cuenta de las observaciones formuladas por una parte en Europa, que creían que algunos juegos se dirige potencialmente en esta competición», explicó Blazer en una conferencia de prensa previa a la final de la Copa Oro que ganó México ante Estados Unidos (2-4).
«Rastreamos los partidos, no se encontraron anomalías significativas, y cuando analizamos los partidos en general, encontramos que eran bastante consistentes con otros enfrentamientos de la historia, en cuanto a los resultados, y no encontramos ningún patrón inusual», añadió.
La FIFA ya empezó el mes pasado a tomar medidas con respecto a este asunto y el presidente de la máxima autoridad del fútbol, Joseph Blatter, destinó 20 millones de euros a una unidad de anticorrupción, con sede en Singapur, para combatir y parar el amaño de partidos.
El secretario general de la CONCACAF, que regula el fútbol en América del Norte y Central y el Caribe, no quiso entrar a valorar los problemas internos y acusaciones de soborno que se han dado entre los miembros de la organización.
«Estamos preocupados por el problema en general, y estamos trabajando en conjunto con la FIFA. Es muy difícil porque no tenemos ninguna autoridad directa, pero usaremos a la policía local cuando sea necesario», dijo.
Por último, Blazer defendió su decisión de dejar a la selección de México sustituir a los cinco jugadores que fueron expulsados de la Copa de Oro tras dar positivo por clembuterol durante la fase de grupos. «Fue una decisión con el reglamento en la mano», concluyó.
