La concesión de la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 a la ciudad coreana de Pyeongchang beneficia a los intereses de Madrid de cara a una posible candidatura para ser sede de la cita olímpica en 2020.
Y es que la victoria coreana garantiza que ningunos de los Juegos Olímpicos tras Londres 2012 se celebrarán en Europa (los de verano de 2016 son en Río de Janeiro y los de invierno de 2014, en la ciudad rusa de Sochi), con lo que la capital española evitaría así la regla no escrita de la rotación continental.
Así, el Gobierno madrileño deberá concretar a lo largo de este mes de julio si vuelve a presentar su candidatura, una decisión que se adoptará por consenso con los grupos de la Corporación municipal y tras haber consultado a representantes del mundo del deporte y del resto de administraciones públicas, que también jugarían un papel fundamental en la candidatura.
Además, el Ayuntamiento también esperará para ver qué otras ciudades (especialmente las europeas) deciden aspirar a los Juegos de 2020 para valorar mejor las opciones que tendría esta tercera intentona madrileña. De momento, sólo Roma ha anunciado su intención de optar a ser sede olímpica.
No se consultará sin embargo a los ciudadanos de la capital, aunque el respaldo popular fue una de las bazas más importantes con las que contó Madrid en su candidatura de 2016.
PROS Y CONTRAS.
De momento, las opiniones sobre qué debería hacer Madrid están divididas. Así, mientras el vicepresidente del Gobierno regional, Ignacio González, señalaba la semana pasada que la capital «está preparada» para acoger los Juegos, desde IU se mira con recelo una posible candidatura debido a las estrecheces económicas que atraviesan las arcas municipales.
Bien es verdad que el grueso del proyecto olímpico está construido desde 2009, y que sólo sería necesario ultimar algunas de las infraestructuras más importantes (como el Canal de Remo, el estadio Olímpico o la Villa Olímpica), pero quizá muchos no entenderían el gasto que supondría la promoción de la candidatura en plena crisis económica.
Sin embargo, el presidente del COI, Jacques Rogge, pidió hace poco a Madrid que volviera a presentarse a la carrera olímpica, quizá indicando que las posibilidades de la capital en esta ocasión serían más elevadas.
No en balde, a la tercera va la vencida, y tal vez por eso el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, ha decidido mantener a la responsable del anterior proyecto al frente de la Dirección General de Deportes de la capital.
En cualquier caso, a finales de mes acaba el plazo para informar al Comité Internacional de las intenciones de presentar candidatura, y según el propio alcalde será durante la tercera semana de julio cuando Madrid decida si dar de nuevo un paso adelante o esperar a que soplen mejores tiempos económicos.
