La nadadora española Erika Villaécija se mostró satisfecha este lunes de su pase a la final de los 1.500 libres de los Mundiales de Natación, que se están disputando en Shanghai (China), sobre todo por no notar en demasía el esfuerzo de haber competido en aguas abiertas, aunque reconoció que le había «costado».
«Volver a la piscina después de los 10 kilómetros me ha emocionado. Me he sentido algo cansada, sobre todo las piernas, y me ha costado entrar en la prueba porque es la primera después del 10.000 de aguas abiertas», apuntó Villaécija en declaraciones recogidas por ‘rfen.es’.
Por ello, la catalana cree que debe de «coger un poco de ritmo de competición», aunque no opina que le haya «perjudicado nadar en Jinshan». «La marca no está mal, a siete segundos de la final de Budapest pero mejorable en la final», zanjó.
En cambio, más decepcionado estaba Aschwin Wildeboer tras no alcanzar la final de los 100 metros espalda, donde defendía el bronce conquistado en Roma hace dos años. «Tenía marca que me valía para haber estado en la final», confesó.
Así, el espaldista sabe que su misión ahora es «ver dónde está el error». «No estoy ni en el mejor momento ni en la forma que esperaba», añadió al respecto.