El sudafricano Ernie Els ganó su segundo Open Británico de golf (el primero lo consiguió hace justo diez años) por un golpe de diferencia sobre el australiano Adam Scott, que dilapidó la ventaja de cuatro golpes con la que empezaba la última jornada del torneo.
Scott, número 13 del mundo, que buscaba su primera victoria en uno de los cuatro «majors», parecía bien encaminado, pues mantenía ese colchón de ventaja con seis hoyos por jugar.
Sin embargo, los nervios le jugaron una mala pasada y vio cómo su ventaja menguaba en la recta final. Le pasó a Sergio García en su día, le ocurrió a Van de Velde y le ha golpeado con dureza a Scott.
Els remontó y pudo levantar la codiciada «Jarra de Clarete» tras firmar una tarjeta de 68 golpes, dos bajo par, para sumar un total de 273 (7 bajo par).
Scott tenía que conformarse con el segundo lugar, por delante del ex número uno mundial Tiger Woods y su compatriota estadounidense Brandt Snedeker.
Tiger tuvo una oportunidad, minúscula, de hacer un golpe imposible desde un profundo búnker junto al green del 6. Intentó forzar el par y se llevó un triple bogey.
La historia empieza a pesar para Tiger, incapaz de remontar cuando de un grande se trata. Como en el US Open, siente presión. Sobre todo, en el green, donde ya no exhibe la misma destreza.
El día, además, deparó la curiosa situación que genera el no jugarse nada. Los mejores resultados, exceptuando a Els, llegaron de la parte baja de la tabla, con Miguel Ángel Jiménez a la cabeza.
El malagueño se desquitó con seis birdies y tres bogeys, y finaliza noveno, un digno Open. El que Ernie Els le robó a Adam Scott.