Periodista de 'El País' y autor de 'Ocaña' (Cultura Ciclista)

Carlos Arribas: «La prensa española siempre fue dura con Ocaña: le acusaban de inventarse lesiones para no correr en España»

"De la Morena y José María García siempre se han peleado por decir quien de los dos se llevaba mejor con él y por tenerlo como comentarista en su radio"

A pesar de ser emigrante en Francia, apoyó a Le Pen para provocar.

Carlos Arribas, que lleva inundando de ciclismo las páginas de la sección de deportes de El País durante dos décadas, se sumerje en la vida de uno de nuestros campeones malditos, Luis Ocaña, aquel emigrante que fue capaz de poner contra las cuerdas al por entonces temido Eddie Merckx, apodado El Caníbal.

Tan solo una brutal caída, bajando el Col de Menté bajo una tormenta de granizo que dejó impracticable la calzada, impidió al ciclista de Priego derrotar a Merckx en el Tour, aunque pudo redimirse dos años después y se alzó con la victoria en 1973 aunque, eso sí, con el belga ausente de la competición.

Titulares más relevantes de la entrevista con Carlos Arribas:

De Ocaña hablaba todo el mundo pero se sabía muy poco. Se puede decir que no fui yo quien eligió a Ocaña sino que fue él quien me escribió para elegir su vida.

El carácter, su rebeldía, la lucha contra el autoritarismo le llevan a coger la bici. No aguantaba ni la autoridad de su padre ni que nadie le superara ni fuera mejor que él

Despreciaba al resto de compañeros para derrocar a Merckx porque sentía que solo él se atrevía atacarle. El resto se conformaba con ser segundo.

Su caída en el Tour del 71 fue como una escena del Apocalipsis: subieron el Col de Menté con sol pero antes de empezar la bajada, se cubrió el cielo de negro, se desencadenó una tormenta de granizo y era imposible frenar.

El sueño de Ocaña era entrar el primero en el Valle de Arán, donde había pasado hambre de pequeño. Su sueño era llegar a España de amarillo y como un campeón.

Al principio su popularidad aumentó tras su caída pero la afición a veces es insensible, incluso cruel. A los pocos meses se había olvidado su desgracia y ya solo se recordaba al campeón. A Ocaña se le empezó a ver como un ‘pupas’

La afición española veía extraño el aire de grandeza que traía Ocaña. Se sintió maltratado por la Vuelta porque creía que hacían recorridos que favorecían a las figuras extranjeras.

La prensa nunca fue muy buena con Ocaña. Le acusaban de cicatero o de inventarse lesiones para no correr en España. Sintiéndose español, veía como los españoles le llamaban ‘El Francés’

Fuente ya fue capaz de poner contra las cuerdas en el Giro a Merckx. Hay motivos para pensar que Ocaña también le habría derrotado en el Tour del 73 en el caso que hubiera ido a correrlo. Prefirió hacer la Vuelta porque era la otra grande que le faltaba

Todo el mundo le aconsejó que no invirtiera lo ganado en tierras pero él era hijo de un trabajador sin tierras y para él era un orgullo tener las tierras que no tuvo su padre

El carácter que le hizo ser campeón con la bici fue lo que le hizo ser muy mal director. Nunca fue capaz de llevarse bien ni con sus ciclistas ni con los patrones de los equipos

Era una contradicción andante. Ocaña apoyó a Le Pen solo para provocar. Siendo anarquista de corazón y antiautoritario le mostró su apoyo a pesar de que él era un emigrante también

Si hablas con García y De la Morena los dos acusan al otro de haberse robado mutuamente a Ocaña.

Relaño recomendó a De la Morena que fichara a Ocaña para la SER en el 86. Al año siguiente Perico Delgado renuncia a la Vuelta y García comenzó su campaña contra él y su equipo, el Reynolds, por lo que De la Morena fichó también a Perico y quitó a Ocaña, por lo que le fichó García.

De la Morena y García siempre se pelearán por decir con quien se llevaba mejor y que fue el rival quien se lo robó como comentarista

Como comentarista era muy bueno y además no se dejaba llevar por los nacionalismos, no defendía a los españoles por el hecho de serlo.

Al igual que le achacó a Bahamontes que le envidiara por haber ganado el Tour él se llevó grandes alegrías con Perico e Induráin

Sufría una hepatitis galopante y estaba en la ruina absoluta. Además tenía una relación tormentosa con su mujer. Ello, unido a su visión romántica de las cosas, le llevaron al suicidio

Dos semanas antes de suicidarse el accidente mortal de Ayrton Senna le marcó profundamente. Solo veía muerte a su alrededor

Reseña del libro ‘Ocaña’, editado por Cultura Ciclista:

«Tú me ves negro y lúgubre ahora, pero yo soy el sol. Yo era el sol de los pelotones, el calor y la generosidad, la luz que daba vida y emoción a las carreras. Yo era todo eso, yo era el ciclismo que amaba la gente. Y después una nube negra de tormenta cubrió el cielo».

Esta es la historia de Luis Ocaña, el ciclista, el campeón, un maldito del deporte español, publicada por primera vez en castellano 40 años después de la victoria del genio de Priego en el Tour y al cabo de 20 de su desaparición.

Una historia que marcó a toda una generación, la que se hizo mayor durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Transición, inmersa en un paisaje emocional teñido por el heroísmo y la tragedia de aquel deportista enigmático, fascinante y contradictorio. Una historia explicada como nunca antes: la novela de una vida para una vida de novela.

Carlos Arribas es periodista especializado en ciclismo del diario El País. Es coautor de Locos por el Tour y Cumbres de leyenda, obras de referencia de la literatura ciclística en español.

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Autor

Roberto Marbán Bermejo

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente cursa el grado de Ciencias Políticas por la UNED, fichó en 2010 por Periodista Digital.

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