El mítico recorrido escocés de Saint Andrews será el escenario a partir de este jueves del Abierto Británico, tercer ‘grande’ de la temporada, un paraje que curte y enamora a partes iguales y que cinco años después vuelve a poner en juego la Jarra de Clarete, o lo que esta 144º edición entraña, la pelea del estadounidense Jordan Spieth con la historia del golf.
El joven texano de 21 años sigue empeñado en reescribir los libros del golf. Su espectacular irrupción ya el año pasado se vino a confirmar en sobremanera con los títulos en los dos primeros ‘majors’ de 2015, Masters y US Open. Spieth frenó en seco el momento de un Rory McIlroy, ganador de los dos últimos de 2014, gran ausente en este ‘British’ por una lesión jugando al fútbol con amigos. El norirlandés no podrá defender la victoria del año pasado en el Royal Liverpool Golf Club y también verá por televisión un posible asalto de Spieth al número uno mundial en caso de victoria. Sólo el también nativo de Texas Ben Hogan hace más de 60 años ha sido capaz de ganar Masters, US Open y The Open el mismo año. Sólo el mítico Bobby Jones ganó los cuatro del ‘Grand Slam’ en 1930, aunque no son ahora lo que entonces. El magistral ganador en Augusta y hace 20 días en Chambers Bay puede romper con la historia moderna y llega en plena racha ganadora, con su cuarta victoria. Aunque lo hizo al otro lado del charco, en el John Deere Classic de Illinois, sin llegar hasta este lunes a Escocia para aclimatarse. En el US Open ya demostró estar a gusto con el ‘link’ que espera estos días, aunque el viernes y el sábado el aviso de mal tiempo parece que no fallará. Sin McIlroy, además del mismo St. Andrews y sus condiciones únicas, los obstáculos entre Spieth y la leyenda siguen siendo muchos. Igualmente joven talento, el estadounidense Rickie Fowler viene de ganar el Abierto de Escocia el pasado fin de semana y su papeleta ha estado a punto de salir en los últimos ‘grandes’. Por otro lado, las veteranas espadas están cerca de sacar de sus quinielas a Tiger Woods. La caída en picado del ex número uno del mundo le mantiene fuera de los aspirantes. El californiano desafía a los que le dan por muerto, pero su golf hace tiempo que no da señales de vida. El ganador en 2000 y 2005 en St. Andrews no se da por vencido a pesar de que apenas se habla ya de sus opciones de retomar la carrera de los 18 ‘grandes’ de Jack Nicklaus. En 2003 ya tuvo un regreso fulgurante a la cima mundial, con lo que hablar de retirada se antoja arriesgado. Por su parte, Louis Oosthuizen, último ganador en el recorrido escocés y en buen momento, los norteamericanos Bubba Watson, Phil Mickelson, Dustin Johnson; los australianos Jason Day y Adam Scott, son más aspirantes que no perdonan la opción de estar en la pelea de cada ‘major’. Con la ausencia de McIlroy, la esperanza europea de retener su único ‘grande’ del calendario recae en Justin Rose, el sueco Henrik Stenson y, por qué no, en la representación española. La ‘Armada’ llega encabezada una vez más por Sergio García. El castellonense afronta de nuevo su cita favorita dentro de un ‘Grand Slam’ que se sigue resistiendo al golf español desde que José María Olazábal ganara su segunda chaqueta en 1999. Sergio rozó la victoria el año pasado pero topó con otro inmortal por aquel entonces que era McIlroy. También fue segundo en 2007 el de Borriol. Por su parte, el veterano Miguel Angel Jiménez vuelve al asalto sin nada que perder y muchas ganas de disfrutar sin temer a la lluvia o los vientos del Mar del Norte. Además, el catalán Pablo Larrazábal, que ganó a finales de junio el BMW International Open, y el canario Rafael Cabrera-Bello, entre las primeras posiciones de cada torneo del Circuito últimamente, llegan más que preparados a St.Andrews.