El 3 de julio de 2002 se estrenó en Estados Unidos la película Like Mike, rebautizada en América Latina como Minicampeones, que relataba la historia de un niño que encuentra unas zapatillas que había utilizado la estrella de la NBA Michael Jordan.
Por algún fenómeno antinatural, este calzado permitía a quien lo usase adquirir la habilidad del ex jugador de Chicago Bulls. Así, el pequeño de 14 años triunfa en el deporte.
15 años más tarde, desde la compañía Nike comenzaron a diseñar unas zapatillas que le permitan a los atletas ser más rápidos. Tal vez inspirados en el film, los expertos lograron crear un calzado que potencie a los deportistas de una forma inusitada. Así, se lanzaron al mercado las Vaporfly Elite.
Las mismas permiten reducir un 4% el gasto energético necesario para correr, por lo que los atletas podrían mejorar sus tiempos en un 1%. El objetivo de la empresa es poder establecer un nuevo récord de maratón por debajo de las dos horas.
Este fin de semana, el keniano Eliud Kipchoge las lució en la competencia de Berlín y pudo completar los 42,195 km en 2 horas, 1 minuto y 39 segundos, estableciendo así una nueva marca mundial.
El deportista fue parte vital para el diseño del calzado que en el mercado roza los 250 dólares. Sin embargo, asegura que en este caso el «piloto» sigue siendo más importante que «la maquinaria»: «Contribuí a hacer una zapatilla que es más rápida que cualquier otra, pero sigue siendo tarea del atleta»
Entre los secretos de esta nueva herramienta se destaca su peso, inferior a 200 gramos, su diseño aerodinámico y su inclinación hacia adelante. Pero lo sustancial se encuentra en la mediasuela con forma curva de una delgadísima y rígida placa de fibra de carbono incrustada en la goma.
A casi un año de su lanzamiento, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) no ha impedido que se utilicen, a pesar de las quejas de algunos expertos, que señalaban que este tipo de zapatillas les daba una ayuda extra a quien las utilizase.
Sin embargo, prohibir la utilización de la fibra de carbono sería contradictorio para un organismo que le permitió al sudafricano Óscar Pistorius competir como atleta olímpico en Londres 2012 utilizando piernas artificiales de ese material.