Deportes de riesgo

Este fenómeno gana la maratón porque… ¡se estaba cagando!

Este fenómeno gana la maratón porque... ¡se estaba cagando!
El corredor chino y el cagón. EP

Es algo que le podría pasar a cualquiera.

La última edición del Maratón de Shangai ha tenido un sorprendente ganador, amateur, que se impuso contra todo pronóstico a corredores profesionales, incluso algún plusmarquista olímpico.

En un final sorprendente, cuando todo hacía pensar que uno de los favoritos se iba a alzar con el triunfo, un corredor local, totalmente anónimo, empezó a remontar posiciones una tras otra, a una velocidad más parecida a la de un mediofondista que a la de un maratoniano.

El numeroso público congregado en la meta no daba crédito, y no paró de aplaudir al nuevo héroe.

El corredor, que desapareció nada más pasar la línea de meta por unos minutos, al ser entrevistado dejó a todo el mundo con la boca abierta:

«La verdad es que no iba en tiempo ni con buenas sensaciones, pero llegando al kilómetro 35 me dió un apretón muy grande, y como yo nunca abandono, la manera más rápida de terminar con todo era llegar cuanto antes a la meta».

Hay pocas cosas más desagradables en esta vida que un apretón inoportuno. Necesitar un baño con máxima urgencia y no tener uno cerca para poder aliviarse es una de las sensaciones fisiológicas más angustiosas que existen.

Todo un marrón —nunca mejor dicho— que adquiere tintes dramáticos si el insoportable retortijón te asalta cruelmente… en mitad de una maratón. Y por este trance, antes del chino d ela historia, tuvo que pasar la atleta irlandesa Catherina McKiernan durante la maratón de Londres de 1998.

McKiernan llegaba a la carrera como una de las grandes favoritas tras una gran trayectoria en el cross y un meritorio undécimo puesto en los 10 000 metros en los Juegos de Atlanta: su flora intestinal, sin embargo, tenía otras ideas para la cita londinense.

Los problemas estomacales asaltaron a McKiernan de improviso, como hacen siempre estas cosas, e hicieron acto de presencia en el kilómetro 16 para no dejar de acompañarla hasta el final de la prueba. Hasta en cuatro ocasiones tuvo la apocada y tímida McKiernan que obviarlos y hacer de tripas corazón..

Aviso: Lo del chino es ficción; lo de la irlandesa, pura realidad.

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