Desde su retiro en los años 90, la esquiadora ha vivido centrada en sus dos hijos y en los negocios familiares

Así ha sido la vida de Blanca Fernández Ochoa fuera de las pistas

Así ha sido la vida de Blanca Fernández Ochoa fuera de las pistas
Blanca Fernández Ochoa RS

Una vida plena, con sus altos y bajos, como la de todos. Blanca Fernández Ochoa, de 56 años, vivía en los últimos tiempos en la localidad madrileña de Aravaca junto a su hermana Lola y su cuñado. El pasado 23 de agosto, la pionera medallista olímpica de esquí cogió dos bastones para caminar por el campo y se subió a su vehículo, un Mercedes Clase A de color negro. Desde entonces, no se la ha vuelto a ver. Condujo hasta la sierra madrileña de Guadarrama, donde apareció su coche una semana después en un aparcamiento para senderistas a las afueras de Cercedilla. Tras emitir una alerta el sábado 31 de agosto, las fuerzas de seguridad están buscándola contando con la colaboración ciudadana, según recoge la autora original de este artículo Rocío F. de Buján en ABC y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

Su nombre completo es Blanca Nieves Fernández Ochoa y es considerada como la mejor esquiadora española e impulsora del deporte femenino, al ser la primera mujer española en conseguir una medalla olímpica en unos Juegos de Invierno. Ella y sus siete hermanos nacieron en el Puerto de Navacerrada y no porque tuvieran allí su residencia de invierno, sino porque su padre era el gerente de la Escuela Nacional de Esquí.

«Yo nací en Madrid pero según mis padres vine aquí a los tres días. Yo siempre he estado aquí, entre estas montañas. Fui a la escuela de Cercedilla hasta los once años, luego me llevaron a los Pirineos de Lérida, para que aprendiera a esquiar, y allí hice hasta tercero de BUP. Tengo que apretar con los libros, porque tengo muy poco tiempo para estudiar», contó la propia Blanca a este periódico en 1981, cuando apenas tenía 17 años. «Me puse los esquíes antes de cumplir los ocho años, pero no creas que entonces me gustaba mucho esquiar porque no me gustaba pasar frío en las pistas. Me animaban mis hermanos y mi padre, pero sobre todo mi madre que decía que era para deshacerse de mí un rato y dejarla tranquila». Poco a poco le fue cogiendo el «gustillo» al deporte y llegó a obtener la medalla de bronce en los Juegos de Albertville, en 1992.

Reinventarse o morir
Desde su retiro en los años 90, las competiciones quedaron para la historia y Blanca Fernández Ochoa se ha movido por muchos campos tanto dentro como fuera del deporte. Comenzó abriendo una tienda, junto a sus hermanos, dedicada al esquí que durante 24 años se mantuvo en activo hasta que la crisis les empujó a tomar la decisión de cerrar el local. Tras esto, ella y sus hermanos Juan Manuel, Lola y Luis se convirtieron en «personal trainers» y crearon en 2015 «En Forma 8A», «un sistema de entrenamiento a domicilio que cuenta con la tecnología alemana Loncego de electroestimulación muscular», explicó Blanca, de entonces 50 años, para este diario. Un sistema que consistía en un chaleco y un pantalón con bandas para alcanzar toda la musculatura posible.

Entre medias de estos dos negocios, la esquiadora participó en su papel como «famosa» en varios programas y concursos de televisión como la tercera edición de «La selva de los famosos» -antecesor de «Supervivientes» y la más exitosa y longeva de las ediciones- o «¡Mira quién baila!». El 15 de enero de 2003 comenzó la mayor aventura de la deportista y viajó hasta el Caribe dominicano para sobrevivir a las adversidades junto a otros deportistas como el exjugador de waterpolo Micky Oca y el ex ciclista Peyo Ruiz Cabestany.

Dos matrimonio fallidos
A pesar de que toda su vida ha estado marcada por un sinfín de éxitos profesionales, en temas del corazón no le ha ido igual de bien. La exesquiadora se casó primero en julio de 1991, un año antes de colgarse el bronce y con 28 años de edad, con el italiano Danielle Fioretto, a quien conoció con 14 años cuando coincidieron en unas pistas de esquí en Suiza. Él era también esquiador, pero una lesión le impidió volver a las competiciones. Desde que se conocieron, Danielle se convirtió en el preparador físico y entrenador de la campeona.

La boda se celebró en la Basílica del Monasterio de El Escorial y para aquella ocasión, la novia lució un precioso vestido de encaje blanco que se adornaba con una larga cola de seda salvaje. Tras la ceremonia, los novios fueron sorprendidos por sus amigos con una larga ovación de bastones de esquí.

El matrimonio se divorció en 1994 y la deportista volvió a pasar por el altar con David Fresneda, propietario de una escuela de buceo en Cabo de Palos y con quien tuvo dos hijos, Olivia (1999) y David (2000). Ambos matrimonios acabaron en divorcio, y no demasiado bien.

Su vida se desmoronó a finales de 2006 cuando su hermano Paco falleció y a los pocos meses se divorció de David. «Es un paso que cuesta dar, pero que cuando se da hay que asumir las consecuencias», declaró para Televisión Española ese mismo año a propósito de su ruptura matrimonial. Desde entonces Blanca ha vivido centrada en sus dos hijos y en los negocios familiares.

 

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