“Siempre piensas que puedes hacer algo como esto, pero sabes que es muy difícil..."

Adrián Ben: de tener problemas con la Complutense a ser sexto del mundo, en tan sólo un año

Adrián Ben: de tener problemas con la Complutense a ser sexto del mundo, en tan sólo un año
Adrián Ben: de tener problemas con la Complutense a ser sexto del mundo, en tan sólo un año RS

Defícil es decir muy poco sobre lo que ha conseguido este deportista. “Cabezón y soñador”. Así se define Adrián Ben, el joven atleta lucense que el pasado uno de octubre acabó sexto en la final de 800 metros del mundial de atletismo celebrado en Doha, según recoge el autor original de este artículo Alfredo Pascual en huffingtonpost y comparte Francisco Lorenson para Periodista Digital.

Con esas dos palabras fijadas entre ceja y ceja, no es de extrañar que Ben, debutante a sus recién cumplidos 21 años, escribiera un nuevo capítulo en la historia de este deporte en España. Desde 1991 ni un atleta español había alcanzado la final de un mundial en la modalidad de 800 metros, cuando Tomás de Teresa consiguió en Tokio la octava plaza.

Un debut a lo grande del que se siente orgulloso y contento. “Siempre piensas que puedes hacer algo como esto, pero sabes que es muy difícil. Todavía me cuesta asimilarlo, aunque si en el atletismo se resolviera por marca personal te mandarían las medallas a casa”, comenta orgulloso a El HuffPost.

Natural de Viveiro, Ben realizó la última parte de la semifinales de forma brillante con un sprint que le permitió remontar, ganar puestos y clasificarse: “Sabía que iba a haber cadáveres, estaba bastante cansado de las otras dos carreras y acabé un poco más rápido porque vi que los otros se estaban hundiendo y era mi oportunidad de robar algún puesto. Me dio alas y fui hacia delante con todo”.

En la final no se puso nervioso, hizo suyas las palabras del entrenador y disfrutó de ese 1.45.34 minuto que le costó hacer esos 800 metros. “Como me decía él, iba a ser la única vez en mi vida que iba a ir como el que se ha colado en la final por primera vez, si alguna vez vuelvo no será así. La disfruté al máximo”, señala.

A pesar de ser, con casi toda probabilidad, la gran revelación del campeonato para el atletismo español, da valor a la medalla de bronce conseguida por Orlando Ortega: “Eso siempre está por encima de cualquier finalista. Personalmente, vengo muy contento porque en mi pueblo se ha recibido muy bien y mi familia está muy feliz”.

Este alegrón le llega después de que no pudiera conseguir medalla en el Europeo sub-23 de Gavle del pasado mes de julio, golpe que fue duro, aunque pasó rápido de página. Ahora tiene por delante terminar de conseguir la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, que ya ha encarrilado al lograr el tiempo mínimo en Doha y que tendrá que refrendar en los próximos campeonatos de España.

Pero eso ya llegará, ahora disfruta de unas merecidas vacaciones tras unos días intensos, pero que para delegación española han acabado de la mejor manera: una medalla y ocho finales. “Estoy orgulloso de toda la selección y creo que hemos hecho un gran papel”, asegura.

El mundial de Doha ha estado cargado de polémica desde el primer momento, tanto por las altas temperaturas en las que se ha disputado, como por el hecho de celebrarse en octubre, una fecha extraña. Ben le resta importancia.

“A mí me ha gustado. Es verdad que hacía mucho calor y humedad, pero ya iremos a otros sitios en los que haga mucho frío. El estadio es de los mejores en los que he corrido. El problema, fundamentalmente, ha sido para los que han hecho ruta, donde no se puede poner el aire acondicionado”, apunta.

Además, también apoya las palabras de su compañera Ana Peleteiro sobre la situación en la que vive la mujer, aunque afirma que es difícil que unos atletas puedan cambiar esa situación: “Ya sabemos a donde vamos. Que gente como Ana lo denuncie es bueno para dar visibilidad, pero no se va a cambiar. Hay mujeres que lo apoyan y si el propio colectivo está fraccionado es muy difícil conseguir algo”.

En su día a día, Ben compagina los estudios con la carrera de fisioterapia y sus cursos de inglés. Aunque ahora ya no ha tenido más problemas, hace unos meses vivió un episodio frustrante para él con la Universidad Complutense de Madrid que, finalmente, terminó en un malentendido.

Un profesor le hizo elegir entre la universidad o sus competiciones. Tras hablarlo con el centro, esa polémica quedó ahí y ya no le ha vuelto a suceder nada parecido.

Sea como fuere, ha dejado una carrera para la historia.

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