En el mejor de los casos, Nadal tendrá que disputar tres partidos en tres días
Rafa Nadal y Fernando González tendrán que esperar un día más para concretar su duelo de cuartos de final del US Open. La incesante lluvia en Flushing Meadows ha hecho imposible retomar el duelo que ya tuvo que ser suspendido el jueves, cuando el español dominaba el marcador (7-6 y 6-6).
El chileno, con una derecha imponente, tiene sus posibilidades, pero los expertos creen que se impondrá el español. De ser así y el mejor de los casos, Rafael Nadal tendría que disputar tres partidos en tres días para optar al título del único Grand Slam que le falta.
Todo lo contrario que los componentes de la otra semifinal: el serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer, que descansan desde el miércoles y no volverán a saltar a la pista hasta el domingo.
Y cuando Nadal gane este sábado, tendrá que batirse de nuevo con un descansado y crecido Juan Martín del Potro.
El argentino, sexto favorito, salvó el escollo del croata Marin Cilic (4-6, 6-3, 6-1 y 6-1) para alcanzar, por primera vez, las semifinales del Abierto de Estados Unidos, que le proporcionan, de paso, el regreso al número cinco de la clasificación mundial.
El tenista de Tandil, que salió malparado el pasado año de los cuartos de final, abatido por el británico Andy Murray, después finalista, saldó la cuenta con el último Grand Slam del curso para consolidarse como aspirante al título.
Advertido ya como una de las raquetas capaces de hacer sombra a la hegemonía del suizo Roger Federer, el tenista argentino, convencido de su potencial, madurado mentalmente y desarrollado físicamente, afronta los duelos con determinación. Sabedor de su capacidad para hacer frente a cualquiera.
El tenista argentino, que resolvió el partido en dos horas y 33 minutos, tuvo la paciencia suficiente como para esperar su oportunidad ante Cilic. Ha sido el croata, un coetáneo de la raqueta de Tandil, un jugador con el que se ha enfrentado bastante como júnior, el tapado del torneo.
Barrió de la pista al finalista del año pasado, Andy Murray, segundo del mundo. Y eso alertó a Del Potro.
El croata salió como un tiro. Con el desparpajo que forma parte del carácter balcánico, rompió en el primer set el saque de su rival y se apuntó la manga.
En plena desorientación de la raqueta sudamericana, Cilic afrontó la segunda manga con una renta de 3-1. Sus fuerzas aguantaron hasta ahí.
Del Potro reaccionó. Tiró de saque, aunque no fue el arma determinante en el partido. Y recuperó la convicción. Se anotó ocho juegos consecutivos. Deshizo la desventaja del croata y se puso por delante, rotura incluido, en el tercer set.
Eso hundió al croata. Y al revés del espíritu que demostró el tenista de Tandil, Cilic no supo salir del agujero. Cosas de la experiencia. Carece aún el balcánico de la experiencia de su rival.
Coinciden en edad -veintiún años-, en altura -195 centímetros- y en peso -poco más de 80 kilogramos-. Pero el argentino hace tiempo que se mueve en las alturas.
Aglutina derrotas dolorosas -como la del año pasado en los cuartos de Flushing Meadows o en la semifinal de Roland Garros este año, la primera semifinal de un ‘major’ que alcanzó, pero aleccionadoras. Es cuestión de tiempo un salto mayor.