Es un tipo de 1,98, que se santigua y mira al cielo cada vez que gana un partido
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Ha sido el premio a un partido luchado de tú a tú, en el que el argentino Juan Martín del Potro, que sólo tiene 20 años, aguantó el tipo, creyó en sus posibilidades y fue a por todos, levantando un marcador que parecía condenarle.
Del Potro pega como una bestia. Es un tipo de 1,98, que se santigua y mira al cielo cada vez que gana un partido y se mueve como una araña por la pista. Ha entrado en el reducido club de los grandes y permanecerá arriba mucho tiempo.
Su victoria sobre Rafa Nadal en semifinales mo fue un espejismo. Ahora tiene ya un Gran Slam en su cuenta -el prestigioso Open USA de Tenis que le falta al español- y va a ir a por más.
Lo ocurrido anoche es importante en el mundo del tenis: aparte del suizo, de Rafael Nadal (sus dos víctimas) y de Novak Djokovic, ningún otro tenista había ganado un grande desde 2004.
Y Juan Martín Del Potro lo hizo por 3-6, 7-6(5), 4-6, 7-6(4) y 6-2 imponiéndose a Roger Federer, el número uno del mundo, invicto en Nueva York desde 2003.
No fue fácil, porque empezo por detrás. La derecha de Del Potro fue un martillo contra el revés de Federer. Decidirse por ese golpe le tomó al argentino set y medio, pero cuando lo hizo tomó el mando del partido.
«Ha sido un partido duro desde el principio», reconoció Federer, el campeón destronado, que acumulaba cinco títulos seguidos en Nueva York.
«Juan Martín jugó muy bien, aguantó ahí dentro…se lo ha merecido. Ha sido más consistente que otras veces que hemos jugado Yo he jugado un gran torneo, he tenido oportunidades de ganarlo, y desafortunadamente no las he aprovechado. Esa ha sido la diferencia: le he dejado volver al partido, tras desaprovechar ocasiones enormes»
Del Potro tiene su versión:
«Antes de la final, ni pude desayunar, tuve que pedirles a mis amigos que se quedaran pegados al teléfono, al chat, porque no me podía dormir… Es difícil explicar esto…sueño desde que era un niño con ganar este trofeo. Es la mejor sensación de mi vida. No entiendo nada. Quiero disfrutar este momento».