Son 14 días y seis partidos lo que separan a Rafael Nadal de la final de Roland Garros, recordaba el vigente campeón, Roger Federer mientras asumía que el plato más exquisito de este Grand Slam sería reeditar un partido entre ambos campeones el primer domingo de junio en la pista Philippe Chatrier.
Pero la rivalidad deportiva que encarnan el de Manacor y el de Basilea, que entre otras cosas se caracteriza por una perenne corrección y admiración mutua, hace que ambos jugadores prefieran ir avanzando «pasito a pasito», como explica Nadal.
Así, el cuatro veces campeón del torneo deberá eliminar de inicio a Gianni Mina, un tenista francés de 18 años invitado por la organización que está clasificado más de seiscientos puestos detrás de Nadal.
Después, teóricamente, se enfrentaría con el argentino Horacio Zeballos, un zurdo de 25 años clasificado el 49 del mundo y de los pocos representantes de Argentina en el torneo (junto con Leonardo Mayers, Juan Mónaco, Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank) al que nunca ha tratado en una pista.
Si el argentino cediera, Nadal podría citarse entonces con un viejo conocido, el australiano Lleyton Hewitt, ahora clasificado en el puesto 33, en el ránking de la ATP y al que el número dos del mundo ya ha derrotado en cinco ocasiones frente a las cuatro victorias del de Sydney, aunque con residencia en las Bahamas.
Si el chileno Fernando González, quien fue semifinalista en 2009 aunque llega esta año bajo de forma no lo impide, la caprichosa lógica del sorteo dice que el próximo rival de Nadal sería el croata Ivan Ljubcic.
Experimentado a sus 31 años y armado con un poderoso saque, la estadística dice que Nadal doblega al croata -nacido en Bosnia-Herzegovina- en cinco de cada siete ocasiones en las que lo intenta.
El siguiente escalón del cuadro dibujaría el perfil del vencedor del duelo entre compatriotas que enfrentará a los españoles Fernando Verdasco y Nicolas Almagro, cuyo parcial particular es 3-0 favorable a Verdasco.
El dominio de Nadal sobre Verdasco, séptimo favorito al título, es aplastante, con 10 victorias del mallorquín frente a ninguna del madrileño. Sin embargo el tenista zurdo -como Nadal- llega en tal momento tras disputar la final del torneo de Niza este sábado frente al francés Richard Gasquet.
Por su parte Almagro, que sabe lo que es colocarse en cuartos de final en París, tampoco ha derrotado nunca al mallorquín, por lo que si Rafa consigue que sus rivales sigan sin deleitarse con ganar al mejor tenista español de la historia, se debería de medir a continuación al serbio Novak Djokovic, tercero del mundo.
Para ello, el eslavo, que ha vencido a Nadal en las tres últimas ocasiones en las que se han enfrentado, habría tenido que dejar en la cuneta a David Ferrer y a Juan Carlos Ferrero, noveno y decimosextos favoritos, respectivamente, ambos especialistas en superficie de polvo de arcilla.
Djokovic, que ha llegó a superar a Nadal en la clasificación de la ATP, viene lanzado en los enfrentamientos directos con Nadal, aunque el cómputo de la carrera del serbio -nacido un año después que el español- muestra que en dos tercios de los partidos en los que se han enfrentado se ha impuesto el mallorquín, es decir, en 14 de 21.
Es decir, que deberán caer Mina, Zaballos, Ljubcic, Hewitt, Almagro y Djokovic en las próximas dos semanas, mientras intenta llegar a jugar su mejor tenis, dice, a pesar de llegar invicto en 2010 en tierra batida y de haberse apuntado los tres últimos torneos que ha disputado, es decir, Montecarlo, Roma y Madrid.
Sólo entonces, si Nadal es capaz de ganar seis partidos consecutivos al mejor de cinco sets en el torneo sobre tierra batida más importante del mundo, tendrá el privilegio de volver a pelear, por quinta vez, en la pista central por la Copa de los Mosqueteros el primer domingo de junio.
La incógnita es saber si allí le esperará Federer, el hombre que más Grand Slams ha ganado en la historia y que tras perder dos finales consecutivas contra en Nadal en París consiguió coronarse el año pasado en Roland Garros, en un año en el que un inesperado Robin Soderling apeó a Nadal en octavos de final.
Para ello, el número uno del mundo tendría que superar una mitad de cuadro en la que están los españoles Feliciano López, Albert Montañés, Marcel Granollers o Tommy Robredo y por el que aparecerán nombres como el propio Soderling, finalista el año pasado, el ídolo local Jo-Wilfried Tsonga y su compatriota Gael Monfils o el británico Andy Murray, todos ellos entre quince mejores tenistas del mundo.
La historia parece querer que se multiplique la épica de una rivalidad deportiva de las más espectaculares del mundo del deporte, pero como dijo Federer tras conocer el cuadro, los otros 126 jugadores tienen otros planes».
