El campeón español tiene ya en su haber 9 Roland Garros, cinco de ellos consecutivos
De un golpe -muchos habrá que decir para ser justos- Rafa Nadal se ha embolsado un premio de1,650,000 € pero eso para él es lo de menos.
El tenista español ha conquistado por novena vez Roland Garros después de imponerse (3-6, 7-5, 6-2, 6-4) este domingo al serbio Novak Djokovic en la final del segundo ‘grande‘ de la temporada, un golpe en la mesa del número uno del mundo ante un aspirante que se queda sin completar el ‘Grand Slam‘.
La abarrotada Philippe Chatrier volvió a ser testigo, por quinta vez consecutiva, del triunfo del español.
Nadal, que comenzó perdiendo el primer set, se rechizo ante un ‘Nole’ con el que había perdido este año ya dos finales (Miami y Roma hace tres semanas) para alargar su leyenda sobre la tierra parisina. Y su dominio del tenis mundial, porque su victoria sobre la tierra parisina le permite seguir siendo Número 1 de la ATP.
De menos a más, el de Manacor fue minando la moral de un ‘Nole‘ que buscaba el único ‘grande‘ que sigue sin tener en sus vitrinas, con la posibilidad además de destronar a Nadal del trono del ranking ATP.
Como subraya Juan José Mateo en ‘El País’, es de este material del que están hechas las leyendas.
Nadal celebra ha conquistado su noveno Roland Garros, superando al temible Novak Djokovic y a una y mil barreras hechas de dolor, penalidades y sufrimiento: dolido en la espalda y con una rodilla dándole sustos en la manga decisiva, el español es capaz de igualar con Pete Sampras como segundo tenista con más títulos de la máxima categoría (14, por los 17 de Roger Federer) remontando por primera vez desde 2009 al mismísimo Nole.
El título permite al español continuar como número uno. El trofeo, además, le corona como el epítome de los mejores valores del deporte.
Su reino de tierra, finalmente, le catapulta a los 28 años como el único tenista que ha sido capaz de ganar trofeos del Grand Slam 10 años seguidos.
Todo, apretando los dientes y dejándose el alma sobre la pista: Djokovic llegó a remontar un break de desventaja en el parcial decisivo.
«Lo siento mucho Novak, eres el mayor reto de mi carrera», acertó a decir el ganador aún sobre la pista.
«Esto es muy importante para mí, muchas gracias a todos».
Djokovic estuvo, como siempre, elegante a la altura:
«Felicidades Rafa. Es increíble que hayas ganado este torneo por novena vez. Usé toda mi fuerza, mi capacidad, pero Rafa fue mejor».
De salida, no comenzó el encuentro a la altura de lo que pueden dar los dos mejores jugadores del mundo.
La tensión ahogaba a los dos rivales. Nadal se desangrabra por el revés; por centímetros, pero s ele iban bolas clave, sobre todo cuando cruzaba.
Djokovic tiraba más corto de lo habitual. Había tanto en juego como para que los dos contrarios compitan encadenados con grilletes.
Es un día para fuertes. El título esperaba a quien tenga una convicción de granito. En París, el trofeo no se gana con el talento, se vence desde las tripas.
Y fueron las del español las que prevalecieron, tras perder el primer set.Partido de idas y vueltas, nadie daba por enterrado a Djokovic por mucho que gesticulara el serbio sobre el tapete.
Lo intentó el balcánico en el arranque con golpes planos, restos profundos y moviendo a Nadal de lado a lado del tapete.
Sin embargo para entonces Rafa ya era el de las grandes citas, el coloso que firma un pocentaje de 92,98% de victorias en tierra, el extraterrestre al que todo el mundo pretende parecerse.
Consumidas las tres horas de juego, los dos gladiadores denotaban estar exhaustos sobre el coso. Supervivencia de dos súper clase llevados al límite.
Una de las muchas virtudes del español es saber leer el discurrir de cada partido, esperar el momento de atacar a la presa.
El paso de los minutos empequeñece a Nole, que ve que el triunfo exige un maratón contra el mejor maratoniano del mundo y que de nuevo, como en la final de 2012, cede con una doble falta.
Nadal corona su peor gira de arcilla con el título más importante.
A los 28 años, y tras disputar la final en los dos primeros grandes del curso, demuestra que su raqueta es pasado, presente y sobre todo futuro: su destino es la leyenda.
Los 9 «mordiscos» de Rafa Nadal a Roland Garros pic.twitter.com/rXvC3n5biP
— David González (@davidGonzalezAS) junio 8, 2014