La Fiscalía italiana denuncia falta de «iniciativa» del TIU contra la corrupción

El fiscal italiano Roberto Di Martino declaró que más de dos docenas de los mejores tenistas, entre ellos dos jugadores clasificados en el top 20 mundial, «deben ser investigados» por su posible relación con el amaño de partidos y criticó la «falta de iniciativa» de la Unidad de Integridad del Tenis (TIU).

«No entiendo por qué no hubo una verdadera iniciativa por la Unidad de Integridad para establecer si había algo sucio detrás de esto», dijo Di Martino a la cadena ‘BBC’ y a ‘BuzzFeed’, encargados de sacar a al luz el caso de amaños de partidos a finales de la pasada década antes del inicio del Abierto de Australia.

Hasta el momento, los italianos Potito Starace y Daniele Bracciali son los únicos procesados por este presunto fraude de pactos, pero Di Martino aseguró un total de dos docenas de jugadores no italianos aparecen en la investigación. «Si estos jugadores extranjeros fueran italianos habrían sido al menos interrogados. Podrían haber dado explicacones», señaló Di Martino.

El fiscal ha llevado a cabo una investigación de más de dos años sobre partidos presuntamente pactados entre deportistas italianos y personas relacionadas con el mundo de la apuesta a través de conversaciones por internet y grabaciones de llamadas telefónicas entre las tenistas y apostantes.

«El aspecto internacional parece más problemático que la investigación a nuestros deportistas (italianos). Sería posible identificar a muchos jugadores extranjeros que sin duda forman parte de todo esto,» lamentó.

No obstante, no quiso revelar la identidad de los jugadores, pero indicó que no son únicamente los «llamados jugadores de tenis de segundo nivel, sino también jugadores de cierta importancia.»

En el caso de Starace y Bracciali han sido acusados por fijar los rseultados de varios partidos entre 2007 y 2011 con apuestas superiores a los 50.000 euros, según señaló el fiscal que afirmó tener «pruebas concretas» sobre dos partidos específicos en 2009 y 2011 en Barcelona que implican al primero.

Hay otros 30 partidos, como mínimo, con posibilidades de amaño, incluyendo en Wimbledon y el Abierto de Francia. En ellos, los apostantes denominaban a los jugadores «caballos» por lo que se relaciona con una dirección económica sobre el devenir de los deportistas de élite.

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