A los abogados de Arantxa Sanchez Vicario les cuesta llevar adelante su estrategia de defensa. La tenist, bien por su falta de experiencia en temas judiciales, o bien por su falta de malicia, va por libre cada vez que tiene que hacer una declaración, sea ante el juez o las escasas veces que habla con la prensa aunque sea indirectamente, para dar a conocer a través de terceros su complicada situación.
En la declaración que hizo ante el juez por vídeoconferencia el pasado noviembre, por la demanda del Banco de Luxemburgo que reclama a la tenista y a su marido Josep Santacana más de 7 millones de euros por un aval impagado, Arantxa sólo contestó a las preguntas de Emilio Zegrí, el abogado de Barcelona que la defiende en este pleito, según recoge informalia.
El interrogatorio, desvelado estos días por Look, es totalmente negativo para la causa de divorcio de Arantxa, que paralelamente también se lleva cabo. Cuando el juez le pregunta quién se llevó el dinero depositado en Luxemburgo, con el que el matrimonio respaldaba el aval solicitado, Arantxa le echó la culpa a su padre en lugar de responsabilizar a Josep Santacana, que quedaría con esta declaración, si se admite, libre de pagar la mitad de esos 7 millones de euros.
Un autentico despropósito, según fuentes jurídicas consultadas por Informalia. Y es que en el momento de contraer la deuda, Arantxa ya había cortado económicamente con su padre y había dado plenos poderes a su marido para manejar su fortuna, la que ahora le reclama acusándole de haberla dejado sin un céntimo.
VÍDEO DESTACADO: Arantxa Sánchez Vicario en el Australian Open 2016
