De Daniil Medvedev dice el veteranoJohn McEnroe: «Es el tipo de jugador que necesitamos tener ahí, frente a los grandes. Es el ejemplo de alguien que convierte algo negativo en algo positivo. Necesitamos esa energía y esa personalidad, hace falta un villano en este deporte. Novak [Djokovic)] no ha querido aceptar ese papel. Medvedev parece aprovecharlo y es impresionante».
No sólo elogia el célebre Big Mac al gigante ruso. Para muchos, su estilo de juego es similar al de su compatriota Nikolay Davydenko, pero mucho más potente. consistente y duro.
Tiene un tenis regular, de golpes apabullantes, sin fallos, con la terminación por encima de los hombros. Cuenta con variados recursos y un saque potente, pero es con su prototipo de juego heterodoxo como suele desconcertar a sus rivales.
Y a todo eso, suma un ‘arma secreta’: Daria.
Para quien no esté al lado, aclaramos que es la chica rubia, impasible, con un lunar justo sobre el labio, a la que enfocaban las cámaras en los intercambios de campo , durante la final del US Open, jugada este 8 de septiembre de 2019, y que terminó ganando Rafa Nadal en un partido tan agónico como deslumbrante.
El matrimonio está ayudando a Daniil Medvedev, que se casó el año pasado apenas cumplidos los 22 años.
Esta misma semana, coincidiendo con su ascenso al puesto número 4 del ranking de la ATP, la pareja celebra su primer aniversario de boda.
El ruso, con solo 23 años, ya se encuentra en el puesto número 5 del ránking de la ATP y ha recaudado más de seis millones de dólares en lo que va de temporada.
Medvedev, que mide casi dos metros, contó este domingo, madrugada del lunes en España, con el respaldo silencioso de Daria, mientras que el español Nadal tenía a Xisca, en el palco, instando a veces al ruidoso público neotorquino a apoyar a su novio.
Volviendo a Daniil y Daria, se casaron después de salir juntos cuatro años. Ella, como el jugador, es de Moscú.
Medvedev ha elogiado a su esposa y dice que ella le ha hecho mejor jugador.
«Es uno de los miembros más importantes de mi equipo».
«Me da mucha confianza. Siempre digo que el momento en que me declaré fue cuando comencé a subir».
«Fue entonces, después de Wimbledon, me sentía como si tuviera 65 años o algo así, y al final del año, me sentía como su tuviera 15».
«Quiero decir que hice el mejor juego que pude haber hecho el año pasado, y solo estaba subiendo, y ella hace mucho por mí para poder jugar mejor tenis».