Ganó en París en 2019 en dobles junto a Andreas Mies

Kevin Krawietz, el campeón de Roland Garros que trabaja por 450 euros en un supermercado

El alemán labora de reponedor de mercancia en Múnich, para ayudar durante la pandemia del coronavirus

Kevin Krawietz, el campeón de Roland Garros que trabaja por 450 euros en un supermercado
Kevin Krawietz, pareja en dobles de Andreas Mies. PD

Los alemanes son capaces de lo peor y, muy de mucho en mucho, de lo mejor.

Kevin Krawietz es tenista profesional y puede presumir de ser campeón de Grand Slam.

No hizo carrera en individuales y se dedicó al dobles, un acierto si se tiene en cuenta que se proclamó, formando pareja con Andreas Mies, campeón de Roland Garros en 2019.

Es, pues, uno de los mejores especialistas del mundo y es noticia estos días por su implicación en plena pandemia.

El alemán, nacido en Coburgo hace 28 años, está trabajando estos días en un supermercado de Múnich como reponedor.

«Llevo varias semanas trabajando como repositor en un supermercado por un sueldo básico de 450 euros. Repongo la mercadería de los estantes, clasifico las cajas vacías y rocío los carritos de compras con desinfectante», explicó en «Der Spiegel».

Es el número 13 del mundo en dobles (626 en individuales) y en esa entrevista relata su experiencia.

«En mi vida me di el gran lujo de convertir mi hobby en una profesión, había estado pensando en tener un trabajo normal por un tiempo y debido al coronavirus tengo la oportunidad de hacerlo. Me levanto a las cinco de la mañana para llenar los estantes de mercadería y que estén repletos cuando el local abre, me traslado en unos patines que me compré, así recorro Múnich».

«Junto con un compañero, repongo estantes, me aseguro de que las salchichas y el queso estén a la vista y clasifico las cajas vacías, a eso lo llamamos cartonear».

«La semana pasada hice una vez de seguridad en la entrada, rociando los carritos de la compra con desinfectante».

Además, también se mantiene activo en lo que al tenis se refiere ya que está autorizado a entrenar como profesional en una pista cubierta gracias a un permiso de excepción. «Juego allí tres o cuatro veces a la semana».

 

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